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Cesarenses y guajiros por la integración

El pasado 20 de junio hicimos el Foro “La Guajira, una mina de oportunidades. El Cesar y La Guajira, una nación”. En él se expuso el conocido diagnóstico y los síntomas de los problemas más graves. Sobre ellos se ha escrito, se ha analizado y también se ha especulado.

Ahondando en esos lunares y en las oportunidades del departamento peninsular, que generaron las mayores preocupaciones y reflexiones de los guajiros presentes, asentados o vinculados a Valledupar, pero igualmente una gran solidaridad. Quedó claro al observar los indicadores sociales que la problemática de ambos departamentos son similares.

Son igualmente pobres, tienen fuerte desempleo, no poseen los mejores estándares de salud, educación, nutrición y agua potable, aunque sus economías en las ultimas tres décadas se volvieron preponderantemente minero-energéticos y grandes generadoras de regalías.

Aunque mas duros los indicadores de La Guajira en los últimos años, acentuados por los problemas del agua y de la niñez en la alta guajira, que tuvieron el foco de los medios de comunicación nacionales, los de la migración venezolana, la violencia electoral y la inestabilidad en la gobernacion, de modo que prácticamente La Guajira lleva una década en que es regida cada año por un gobernador distinto.

El día del foro esperábamos, aunque no alcanzó a llegar, la compañía del recién posesionado gobernador (e) Wilbert Hernández Sierra y hoy está suspendido por la Procuraduría. Ha sido lo constante en la administración departamental que no puede levantar cabeza ni gestionar con estabilidad y planeación.

Porque tienen continuidad geográfica, una misma cultura, familias compartidas, una idiosincracia similar, una música común, una actividad minera y agropecuaria, potencial de energías renovables, unos indicadores sociales por lo bajo y migración desbordada, se concluyó en que puede ser mas eficiente al trabajar conjunta y articuladamente en la superación de las limitaciones, sin perjuicio de que cada entidad territorial desarrolle sus propias competencias y propenda por el desarrollo de su respectiva circunscripción.

Son entidades interdependientes, y, para poner un ejemplo, no se concibe un Cesar próspero, sin buenas carreteras en La Guajira y sin una adecuada asimilación de los venezolanos que pasan la frontera. El foro advirtió y llamó la atención.

Era ya tan evidente la desesperación de los guajiros que unos días después fueron al paro para reclamar soluciones, demandando en primer lugar la rehabilitación de la vía del puente sobre el río Pereira, en La Paz, hasta Riohacha y Maicao.

Se creó un comité de ciudadanos, empresarios y académicos de Cesar y Guajira, y se ha identificado una agenda en puntos de educación superior, vías, áreas metropolitana, turismo, Sierra Nevada, fronteras y migración. Ese instrumento facilitará, entre otros, gestionar proyectos de impacto regional al sistema de regalías.

Categories: Editorial
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