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Centro histórico merece otra suerte

El desinterés administrativo, la indiferencia de los alcaldes vallenatos y de los congresistas, la viveza de algunos ciudadanos y los efectos de la naturaleza, han sido los grandes obstáculos que ha encontrado en su camino el Centro Histórico de Valledupar, desde el año 2000 cuando fue declarado Bien de interés Cultural del Ámbito Nacional, en cumplimiento de la Ley de Cultura.

Pero así como ha tenido tropiezos, también ha encontrado amigos que defienden su cuidado y conservación. La Fundación Amigos del Viejo Valledupar –AVIVA- ha despertado por lo menos el interés de los gobernantes para que trabajen a favor de las ocho manzanas del centro que son Patrimonio Cultural, un trabajo que no se traduce solamente en la destinación de recursos, sino en la gestión ante el Ministerio de Cultura para que se pueda hacer la respectiva intervención en las casas del viejo Valledupar, que ya vencidas por los años se caen a pedazos, como sucedió recientemente con la que está ubicada en una de las esquinas de la calle 15 con carrera séptima.

Las gestiones para favorecer el Centro Histórico han sido lentas, demasiado para la emergencia en que está. Por eso EL PILÓN hace eco a las denuncias que hizo esta semana AVIVA sobre el destino que han tenido los tradicionales callejones, que hoy están convertidos en parqueaderos privados o son utilizados como sitios exclusivos para comercializar gasolina de contrabando y hasta para ampliar las construcciones de viviendas. Es tal la desidia alrededor de estos bienes de interés cultural, que ni siquiera la Oficina Municipal de Planeación se ha percatado de ello para tomar los correctivos pertinentes.

Paradójicamente mientras el alcalde de la ciudad, Fredys Socarrás, estaba ayer en Bogotá como uno de los invitados –él como representante de Colombia- en el panel ‘Revitalización y Renaturalización de centros históricos’, en la Cumbre Mundial Río+20 que se realiza en Bogotá, en Valledupar se esperaba una reacción inmediata frente a estas denuncias de AVIVA.

Es urgente que la Oficina de Planeación le preste atención a la solicitud de este grupo de ciudadanos que quieren que realmente el Centro Histórico de Valledupar se convierta en un activo turístico, como lo propuso en el 2012 el alcalde Socarrás cuando firmó convenio con el Ministerio de Cultura, por valor de 589 millones de pesos, para desempantanar en Bogotá el Plan Especial de Manejo y Protección –PEMP- que transformará esta zona de la ciudad, teniendo en cuenta que su misión es, entre otras, la conservación y sostenibilidad futura del patrimonio material de la zona fundacional de la ciudad. Las buenas intenciones de la Alcaldía son buenas, pero se necesita que se materialicen pronto, porque las viejas edificaciones no dan espera y los callejones desaparecerán si no se interviene ya.

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