Por la plaza mayor nos encontramos con Carlos Elías Lúquez Carrillo quien había llegado de Bogotá, donde reside, a pasar con su familia los días de Semana Santa. Con entusiasmo nos dio la buena noticia de su tercer, y último, libro sobre el filósofo Rafael Carrillo. Aprovechamos la ocasión y lo invitamos hasta las oficinas de EL PILÓN para sostener una pequeña conversación sobre el particular y entrevistar al autor de esta obra.
Redacción: Carlos, lo primero que debo preguntarle es para cuando está su libro en las librerías del país.
Carlos Lúquez: El libro, creo debe salir a finales de este mes de marzo o a comienzos de abril. Ya le hice la revisión y las correcciones de rigor, de manera que falta solo que la editorial Ibáñez lo imprima y lo distribuya.
Usted se ha empeñado en dar a conocer la obra del maestro Carrillo, qué nos trae en esta nueva publicación.
Así es, con la duda que había tenido de que toda su obra escrita no se encontraba en su libro “Escritos Filosóficos” y con una información que obtuve en el año 2021 sobre una carta enviada por el filósofo a su hermano Antonio Francisco en julio de 1933 con la cual le anexa el suplemento literario del periódico “El País” de Bogotá que circulaba por ese entonces, y donde le decía que era lo primero que había escrito en ese año, me di a la tarea de buscar qué otros escritos, fuera del que le anunciaba a su hermano, había escrito por aquella época.
Y cómo fue esa búsqueda.
Bueno lo primero que hice fue visitar las dos Bibliotecas más importantes de Bogotá, la Biblioteca Nacional y la Luís Ángel Arango. En las dos encontré el periódico “El País” de Bogotá y su suplemento llamado “Crónica Literaria”. En ese suplemento encontré lo que había escrito Carrillo en los años 1932 a 1934 y también una polémica filosófica que trabó en 1934 en su columna “Altura de los hechos” – de ahí el nombre del libro -, con el escritor Jorge Rodríguez Páramo, quien al igual que el maestro hacía lecturas de filosofía. Carrillo persistió en esa vocación y Rodríguez Páramo al parecer la abandonó.
Interesante. ¿Qué importancia le da usted a su investigación?
Bueno, producto de nuestra investigación, encontramos unos escritos que todos quienes nos hemos ocupado de su obra, en particular la escrita, los desconocíamos, nadie los había referenciado, lo cual quiere decir, que los ignorábamos. A partir de allí, lo más importante, creo, es que con ellos se ratifica, en mi sentir, el haber sido el padre, el haber comenzado a introducir en el país, el estudio de la filosofía moderna y contemporánea, haciendo una ruptura con la filosofía escolástica, neotomista que predominaba para esa época. No es su único legado, pero sí el que debemos destacar.
Nos puede adelantar el nombre de alguno de esos escritos.
El primer escrito filosófico de Carrillo es de octubre de 1932, se llama “El arte como idea pura”, donde nos habla de la metafísica del arte en Schopenhauer, ello quiere decir, que la primera ocupación de Carrillo fue con la filosofía del arte o la estética, y no como creíamos que había sido con la filosofía de la ciencia. Pero ya antes en 1931, en una revista llamada “El Grafico”, había comenzado a discutir sobre libros de la literatura universal. En esta revista publicó “Virgilio en la América Latina”. Me llevé una sorpresa al encontrar este escrito en microfilmes en la Biblioteca Nacional.
Qué más encontró del maestro Carrillo.
Bueno, me llevé otra sorpresa. La Biblioteca Nacional tiene en custodia un casete que contiene una conversación entre dos filósofos, Rafael Carrillo y Rubén Jaramillo Vélez, de 1983. Y fue una sorpresa porque yo creía, y así se lo había manifestado a algunos amigos, que no había registro de su voz. Después de cumplir con algunos requisitos legales que me exigía la Biblioteca, y demostrar la familiaridad, pude obtener una copia de esa grabación.
Esa debe ser una conversación interesante.
Sí lo es, y hace parte de la historia de la filosofía en Colombia, porque habla de su actividad filosófica, de sus impulsos, que dice no los tuvo, todo partió de sí mismo; de su estadía en la Universidad de Heidelberg; nos informa, el haber escuchado a dos grandes filósofos como Jasper en la Universidad de Basilea – Suiza y Heidegger en la Universidad de Friburgo. También nos habla de los tropiezos cuando fue director del Instituto de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional y el régimen político del momento, entre otros temas.
¿Carlos, cómo se hace para escuchar esa grabación?
Bueno, vamos a esperar un espacio para escucharlo. De todas maneras, yo hago la transcripción en el libro de esa conversación, pero para quienes nunca lo conocieron al menos escuchar su voz resulta estimulante.
¿Ya leyó la última obra de Gabo?
Por supuesto, genial como siempre, con un lenguaje bello, dejó ver sus gustos por algunas obras literarias y sus gustos musicales. Después de haber leído ‘En agosto nos vemos’, ahora esperamos la segunda feria del libro Felva, así que en junio nos vemos.
Por Redacción Cultura EL PILÓN