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Bendito Lapsus

En la nota de cierre de mi pasada columna incurrí en un lapsus o desatención, cuando queriendo ilustrar el tema sobre la validez de la expresión: uno o primero, para referirnos al primer día del mes, dije que el uno de abril se celebra el Día Internacional del Trabajo y, como se sabe, es el primero de mayo, motivo por el cual ofrezco disculpas a mis lectores.

No obstante, como no hay mal que por bien no venga, me di a la tarea de investigar qué se celebra el uno de abril, llevándome la sorpresa de que, en otros lugares, es el día de los Santos Inocentes, o el día de las bromas.

En Hispanoamérica el día de los Santos Inocentes se conmemora los 28 de diciembre y se fundamenta en el relato bíblico que señala al rey Herodes I El Grande, como el infanticida de Belén (Jeremías 31-15,16 y Mateo 2- 16,20).

 Empero, en países como Brasil, Canadá, Australia, Países Bajos, Italia, Alemania, Francia, Portugal y los Estados Unidos, el uno de abril  se celebra: The April Fool’s (El abril de los tontos), y el origen de esta fiesta es bastante curioso, pues se remonta al momento en el cual se deshecha el calendario juliano, llamado así por Julio Cesar y se adopta el gregoriano, llamado así por el papa Gregorio XIII que, al decir de muchos expertos es mucho más preciso. Pues bien, las fechas cambiaron y el fin de año que según el viejo calendario era del 25 de marzo al uno (1) de abril, pasó a celebrarse el uno (1) de enero. Los cambios, generan traumatismos en las costumbres, y esta no fue la excepción, porque más de un desorientado siguió felicitando en abril por el nuevo año, y se generó el tema de las bromas. Algunos optaron por mantenerse fieles a la tradición. De ahí surgen las bromas de todo tipo, una de las más famosas es la de la pasta dental con sabor a chocolate.

Quisiera terminar este escrito con una frase del dramaturgo belga, Maurice Maeterlinck, que me cae como anillo al dedo: “Cada vez que cometo un error me parece descubrir una verdad que no conocía”.

Nota de cierre: la Contraloría General de la Nación, ha descubierto que los créditos agrarios aprobados por los bancos por causa de la covid-19, en un 94 % han beneficiado a los grandes productores, y se los asignaron sin ni siquiera preguntarle ¿para qué lo quiere? El 4 % para las medianas empresas, y a las pequeñas, el restante 2 %.  Mejor dicho, Agroingreso Seguro Parte II.

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Dario_Arregoces: