Sería imperdonable que luego de venirles anunciando con bombos y platillos la segunda versión del Festival Un Canto al Río y con ella la implementación de estrategias para la erradicación de mañas que opacan y desdicen de la buena imagen de muchos otros eventos similares, ahora no les cuente cómo nos fue con eso.
Lo primero que tengo que decir es que, como es natural al inicio los cambios generan resistencia, a algunos no les pareció bueno sortear al jurado en tarima, tampoco les gustó mucho el puntaje de cada jurado y el total se entregara al público una vez terminara la participación de cada concursante.
Me tocó darme la pela y contrariar algunas sugerencias, incluso de mis compañeros de equipo, sin embargo, cuando veía los rostros y gestos de la mayoría del público y de los participantes me daba cuenta de que se sentían tranquilos y que es mejor una verdad inmediata, así nos duela, que una mentira demorada. Los miembros del jurado calificaban sin conversar ni deliberar con los otros, es decir la calificación se daba en conciencia y sapiencia, sin injerencias externas.
En conclusión, siento que dimos un buen paso respecto a las medidas anticorrupción empleadas, teniendo claro que de los participantes en todo concurso los únicos que quedan contentos con el resultado, son los ganadores.
Este festival ecológico no podía dedicarse solo a escuchar las hermosas canciones dedicadas al río Guatapurí; también con el apoyo del eficiente y amable gerente de Mercabastos, Nestor Eduardo Mejía, realizamos una ‘sembratón’ de árboles nativos a orillas del río y en espacios donde hacían falta, en esta tarea nos acompañaron personalidades como la doctora Catalina Cabrales de la Cámara de Comercio, Willy Galán de RCN Radio Uno, los aspirantes a la Alcaldía de Valledupar Camilo Quiroz y Jorge Luis Arzuaga, el abogado ambientalista Rafael Escalona Jr. Entre otros.
En este balance no puedo dejar pasar que con excepción de Mercabastos, las entidades gubernamentales ambientales y culturales, tanto del departamento como del municipio nos negaron cualquier apoyo, no obstante, algunas empresas privadas y personas naturales confiaron en nosotros y no los defraudamos; a ellos los agradecimientos: Sayco, RCN, Radio Uno, Cámara de Comercio de Valledupar, Comfacesar, La Casa del Aceite, Vigil, Caseritos, Sintramienergetica Codazzi, Cure Latam SAS, personas como Kaleth Villalobos, Omar Benjumea, Fredy Socarras, Jorge Luis Arzuaga, Xavier Estrada, Elio Rafael Diazgranados, William Salazar y otros que en alguna medida contribuyeron a que este evento se haya constituido en un éxito rotundo.
De lo más hermoso que tuvo la segunda versión de Un Canto al Río sin duda fue el concurso de canciones inéditas categoría infantil, que hasta donde tengo entendido, es el primero que se realiza en Colombia a este nivel. Los niños que se lucieron con sus creaciones e interpretaciones fueron José Francisco De Armas, Adrián Miguel Mejía, Sharol Nikol Ortega, Manuel David Hernández y Cesar Alejandro Rodríguez, quien resultó como feliz ganador.
Las canciones ganadoras en categoría general fueron tres paseos vallenatos: ‘Vamos a cuidarlo’, de José Giraldo; ‘Quiéranlo tanto como a mí’, de Julio Salas; y ‘Guatapurí’, de Luis Fernández.
COLOFÓN: Un Canto al Río en su segunda versión logró demostrar que sí se pueden hacer concursos en los que reine la transparencia, gracias al doctor Antonio Sanguino Páez, quien desde Bogotá lideró esta iniciativa y que nosotros materializamos al pie de la letra, hoy podemos decir: Objetivos cumplidos.
Por Jorge Nain Ruiz