La relación entre arte y memoria ha sido clave para abordar diversos traumas sociales en contextos de conflicto armado. En el caso colombiano, artistas de distintas disciplinas han contribuido a la construcción de narrativas que, a través de la estética, permiten la reflexión sobre las huellas dejadas por la guerra. Estas líneas pretenden abordar la trayectoria artística de John Maestre, egresado de la Universidad Popular del Cesar y su reciente proyecto en colaboración con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), donde el arte se convierte en un medio de alivio y esperanza para las víctimas y sus familias.
Vida y trayectoria
John David Maestre Méndez, un joven de 27 años de vida y una década dedicada al arte, ha forjado su camino dentro de la escena artística en este valle del Caribe colombiano. Desde sus inicios en la Facultad de Bellas Artes, de la cual es egresado en 2018, su obra se ha caracterizado por una exploración profunda de los materiales y las técnicas que responden a la identidad cultural de su tierra. En este período, se ha comprometido con la visibilización de las realidades sociales y políticas de su país, a través de una producción artística que invita a la reflexión.
Maestre menciona que, cuando recibió la invitación que como decano de facultad le extendí para participar en un convenio entre la UPC y la JEP, no dudó en aceptarla. Este proyecto se enfoca en plasmar momentos precisos de un proceso de exhumación cuyo fin es ofrecer a los familiares y amigos de las víctimas un respiro, una esperanza en medio del dolor como proceso de memoria histórica y reparación.
Convenio con la JEP: arte como alivio y esperanza
La JEP ha sido un órgano clave en la justicia transicional, encargada de investigar y juzgar los crímenes más graves cometidos durante el conflicto armado. Empleando un bolígrafo café, que evoca la tierra misma, y el lienzo crudo, sin tratamiento alguno, Maestre simboliza la naturaleza inacabada y dolorosa de la búsqueda de justicia colombiana, creando una obra que resalta no solo el dolor, sino también la capacidad de resiliencia del hombre Caribe. Estos materiales, lejos de ser neutrales, se convierten en símbolos que hablan de las heridas abiertas que aún persisten en el tejido social.
El arte, en este contexto, no es meramente estético, sino que adquiere una función terapéutica, al ofrecer una salida simbólica para el duelo de los familiares de las víctimas. En palabras del propio artista, su obra tiene como objetivo ser un “suspiro de tranquilidad y esperanza” para aquellos que han sufrido las consecuencias directas de la guerra. La obra de Maestre, titulada ‘Momentos’, consigue encauzar este propósito con su territorio y su cultura.
La obra de Maestre alcanza no sólo la representación del dolor, sino que proyecta un sentido de pertenencia y colectividad. En tal sentido, su participación en el convenio con la JEP y la UPC se alinea con las corrientes contemporáneas de arte comunitario y participativo, donde los artistas no solo crean para la comunidad, sino que lo hacen con la comunidad. Este enfoque permite que el arte trascienda los espacios tradicionales de exhibición y se convierta en una herramienta de diálogo y reconciliación. El trabajo de Maestre constituye el ejemplo vivo de cómo el arte puede convertirse en una vía para el alivio y la esperanza, en medio de los estragos dejados por el conflicto. Su obra, lejos de ser una representación pasiva del sufrimiento, se erige como un testimonio vivo de la resistencia, la memoria y la sanación.
La Universidad Popular del Cesar, bajo el liderazgo del Dr. Rober Romero Ramírez, entiende y valora las manifestaciones diversas del arte y su proyección regional. Por ello, iniciativas como éstas destacan la capacidad para abrir nuevos espacios de reflexión y diálogo, donde las voces de las víctimas pueden ser escuchadas y sus historias pueden ser contadas desde una perspectiva más cálida y humana.
Por Yesith Acevedo