X

Ana Maritza en el lugar equivocado

“En la prisión silenciosa en que siento que tu me tienes…un calabozo lleno de tormento donde se encuentra en balanza mi vida”

Escribimos esta nota con el corazón en la mano, no sin antes recordar un aparte de la canción Titulada “Razón sentimental” de la autoría de Diomedes Díaz incluida por Jorge Oñate y Colacho Mendoza en el LP “Los dos amigos” en el año 1975 en la cual se refiere a la tristeza de la prisión en que se sentía que se encontraba por culpa de una mujer, esa canción la hemos recordado a propósito de la privación de su libertad de mi amiga de invierno y de verano Ana Maritza Mendoza, no por razones sentimentales sino por encontrarse en el lugar equivocado.

No salgo de mi perplejidad, después de haberme enterado que en una cárcel del vecino país de Venezuela se encuentra recluido un ángel de la salud, una amiga incondicional, una científica a quien seguramente confundieron con una traqueta.

Nos asiste la intima convicción, que si los funcionar4ios a quienes corresponde resolver su situación verifican sus antecedentes, referencias y actividades, se podrán enterar que a quien tienen allí es a una persona que vive, ella y sus hijos del ejercicio licito de la Bacteriología, quien entre otras cosas para mejorar sus conocimiento, realizo estudios de post grados en ese país para mejorar sus conocimientos, para salvar vidas y aportar lo suyo en estudios, diagnósticos y complementación terapéutica a mucha gente con plata o sin ella.

Coincidió una llamada de ella con mi presencia en su casa visitando a sus viejos atormentados ante la brutal realidad que están viviendo y pidió hablar con migo, me sorprendió su fortaleza y su verticalidad en su desesperada denuncia de la injusticia que se está cometiendo, pero también pude inferir detrás de su tono fuerte, enérgico, erguido y como siempre acelerado su impotencia sintiéndose recluida como cualquier bandida, con el agravante de que esa no es una institución idónea para rehabilitar a nadie, sino un deposito de mujeres delincuentes de verdad, así que me dijo que esta junta con violadoras, atracadoras, secuestradoras y otras cosas impronunciables, sus palabras me estremecieron sobre todo que presento problemas de claustrofobia, y no me puedo imaginar a mi amiga a quien digo que viaja más que la perrita de coopetran encerrada y toca orar para que la Divina Providencia haga su obra permitiéndole a sus captores enterarse que han sido inducidos en error, que es esta una dura prueba que el altísimo le colocó pero que ya supero y es suficiente.

Presumo que estará recordando mis palabras hacen tres meses aproximadamente cuando le exprese mis preocupaciones por sus desplazamientos hasta allá por razones de orden público, le recordaba entonces que tiene hijos menores y que en su condición de madre cabeza de familia se tenía que cuidar, pero bueno no se mueve una hoja sin la voluntad de Dios.

Mientras termina la injusticia coloquemos el asunto en manos del que todo lo puede, y el que manda en Colombia y en Venezuela también.

Categories: Columnista
Luis Eduardo Acosta Medina: