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Ambientalistas analizan situación de la naturaleza vallenata

Hace mucho tiempo que la sirena vallenata no ve a los bañistas regocijarse en el balneario Hurtado. FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ.

Luego de decretarse el periodo de confinamiento, en el que la población debía mantenerse en sus casas y salir solo si es estrictamente necesario, la flora y la fauna ganaron espacios que habían perdido. Algunos ambientalistas ven esto como algo positivo mientras que para otros la situación debe manejarse con calma.

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Esta oportunidad que tiene la fauna de poder andar con libertad en las solitarias calles de la ciudad es vista con buenos ojos por parte de la veedora ambiental Jhoana Casallas, quien ha visto cómo los animales parecen recuperar lo que alguna vez fue suyo. Así mismo, la calidad del aire ha tenido una leve mejoría en comparación a los años anteriores donde el smog de los vehículos, que en gran masa transitaban en la capital del Cesar, contaminaban el aire.

“Esto es un fenómeno positivo y la gente está ayudando en su gran mayoría, aunque todavía hay personas que no toman las respectivas precauciones e incluso siguen atacando la naturaleza, pero en general ha sido un impacto positivo para el medio ambiente”, dijo Casallas.

FOTO/JOAQUÍN RAMÍREZ

Regresaron algunos animales antes oprimidos por la actividad del ser humano, pero que hoy aprovechan la ausencia para salir. Fue así como un oso malera o tamandúa fue captado en video en las instalaciones del Sonesta Hotel.

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Las ardillas y las iguanas, especies amenazadas por el hombre por su comercialización, también retomaron el protagonismo en las calles de Valledupar.

ENTORNO DESCONOCIDO

Por su lado, el ambientalista Miguel Ángel Sierra hizo un llamado a la calma, quien señaló que la llegada de algunos animales a la ciudad no es conveniente debido a que estos no conocen el entorno.

Lo que está ocurriendo en Valledupar con la flora y la fauna a muchos les ha parecido algo positivo y curioso, pero para Sierra la situación no es normal e incluso le duele ver a animales que han bajado a la ciudad cambiando su entorno y aprovechando la escasez de personas en las calles, algo que para el ambientalista es contraproducente en cierto modo, es por ello que pidió calma a la comunidad, ya que algunos han optado por atacar a los animales.

Así las cosas, la ciudad sigue adaptándose a los cambios que lentamente van aflorando debido a la cuarentena y la naturaleza sigue reverdeciendo mientras las personas, desde sus casas, están a la espera de volver a sus actividades con normalidad.

Por: Robert Cadavid / EL PILÓN

Categories: Medio Ambiente
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