Una samaria llamada Francia Helena Hernández Acendra, de 75 años, se encontró con una gran sorpresa al irse a vacunar contra el covid-19, porque según la Registraduría del Estado Civil su cédula está inactiva porque había fallecido un mes atrás.
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Al ser notificada por el funcionario de la Nueva EPS en Santa Marta, empresa encargada de la aplicación de la vacuna, de su supuesta muerte esta respondió: “¿Que yo estoy muerta?… y no me están viendo aquí”.
Hasta el momento, ni Hernández ni su hija Mónica Melo, persona que la acompañaba al momento en que le dieron la noticia, han recibido una explicación del porqué figura como fallecida. Según un documento de la registraduría, Hernández Acendra falleció el pasado 1 de marzo, poco menos de un mes.
“Esto tiene en shock a mi madre quien no ha parado de llorar”, aseguró Melo. Además, afirma estar casi segura que todo esto sucedió gracias a un error humano en la Registraduría, pero, también atribuye un poco de la responsabilidad a la EPS a la que pertenece.
Por otro lado, anunció que durante este martes se irá a la Registraduría para que le digan qué pueden hacer para que le muestren el certificado de defunción de su mamá.
Sin embargo, Melo se encuentra preocupada porque no solo es el hecho de que su madre se ha haya quedado sin vacuna, sino que tampoco cuenta salud y no podrá realizar cobro de la pensión que dejó su esposo, César Julio Melo De la Rosa, un ex empleado de Empomarta, que falleció hace 14 años.
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Según Caracol Radio, durante el proceso de vacunación en Santa Marta y Magdalena se han evidenciado varios errores por parte de la Registraduría, ya que alrededor de 380 adultos que han fallecido han sido reportados como vivos.