En el municipio de Pelaya, Cesar, en el corregimiento de Costilla, nació Emilio Oviedo Corrales, un baluarte incansable y prolífico del folclor vallenato, en el seno del hogar de Tomás Oviedo Sánchez y Juliana Corrales Camelo, su familia es de músicos. Es el menor de siete hermanos, seis varones y una mujer, de los que sobreviven solo dos, la hermana que es la mayor y el maestro Oviedo.
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Este reconocido acordeonero llegó al mundo el 30 de mayo de 1943, su padre era el dueño de la finca ‘El Vesubio’ a 15 minutos de Costillas, allí permanecían la mayor parte del tiempo, su progenitor fue acordeonero y su abuelo Manuel Oviedo también lo era y de los buenos, ejecutaba el acordeón de una manera diferente, interpretaba música clásica, vodka, danza, paso doble, amenizaba las misas en la iglesia, sus hermanos todos le jalaban al instrumento musical. Sus padres, como Emilio era el menor, dispusieron que no siguiera ese camino de bohemia, pues permanecían de parrandas y tomando tragos, querían algo diferente y mejor para él.
PERO APRENDIÓ A TOCAR
A la edad de 9 años aprendió solo a tocar el acordeón tomándolo a escondidas de sus padres y hermanos, se caracterizó por tener una mente brillante, lúcida, se grababa todo, como en esa época no existían grabadoras hacía las veces de ella, sus hermanos tenían una agrupación que se llamaba ‘La peor es na’, amenizaban fiestas en poblaciones aledañas como La Gloria, El Carmen, Aguachica, entre otras. Un día cualquiera sus hermanos llegaron amanecidos y parrandeaban frente a la casa, Emilio les dijo yo también sé tocar acordeón y le contestaron demuéstralo, lo tomó y empezó a tocar y a cantar la canción ‘La ceiba’, todos se quedaron sorprendidos, llamaron a su papá y a su mamá y no les tocó a todos, sino felicitarlo por hacerlo tan bien.
FUE SOLDADO DEL EJÉRCITO NACIONAL
A los 15 años fue reclutado para el servicio militar, al llegar le preguntaron a qué se dedicaba en su vida civil y respondió: “yo soy acordeonero”, le entregaron un acordeón que tenía un teniente para que lo demostrara y se quedaron con la boca abierta, recuerda que dicho acordeón era muy pequeño y solicitó le consiguieran uno de mayor capacidad, claro que sí le respondieron sus superiores vamos a comprar unos instrumentos y usted nos va a ayudar a organizar un conjunto. Así fue su solicitud se resolvió con éxito, prestó el servicio como oficinista, era el acordeonero oficial en la base militar de Barrancabermeja Santander.
SU CARRERA MUSICAL
En Discos Fuentes, de Medellín, inició su carrera musical, allí realizó cuatro trabajos tocando y cantando, pero llegó a la conclusión que su voz no era comercial. Conoció a Calixto Ochoa cuando andaba con Los Corraleros del Majagual y le comentó que anhelaba ser famoso como ellos, este le respondió uno es en la vida lo que se propone, lucha por conseguir tus sueños, y así lo ha hecho siempre.
DESCUBRIDOR DE JORGE OÑATE
Estando en Bogotá haciendo un trabajo discográfico al compositor Alonso Fernández Oñate, cantando y tocando unos temas, este lo llama y le recomienda que por favor le dé la oportunidad a un primo, se llama Jorge Oñate, pruébelo a ver y mírele sus capacidades es muy joven, le entregó ‘Campesina vallenata’, bonita canción, se la aprendió y la cantó maravillosamente, Emilio Oviedo quedó sorprendido y muy satisfecho, y le dijo oiga joven faltan 8 temas ensáyelos que va a ser usted quien los va a cantar, jamás olvida el maestro que en ese trabajo le hizo coros a Jorge y este le hizo a él. Así comenzó Jorge Oñate su exitosa carrera artística, en el sello Vergara, año de 1969.
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A RAFAEL OROZCO TAMBIÉN LO DESCUBRE
En Aguachica amenizándole una parranda al entonces gobernador del Cesar, Manuel Germán Cuello Gutiérrez, viajó en el platón de una camioneta desde Valledupar y llegó sin voz, eran carreteras destapadas, con mucho polvo; en la puerta del lugar de la parranda estaba un muchacho pelo largo delgado, que lo observaba y le dijo, oiga maestro lo escucho disfónico, si me lo permite le canto una canción, claro venga le contesta Oviedo, cuál te sabes, de los hermanos Zuleta la que quiera respondió Rafa, bueno canta el trovador ambulante y salió muy bueno el pollo, aquel muchacho se llamaba Rafael Orozco, luego de eso se unieron e hicieron 2 trabajos musicales exitosos entre ellos: ‘Adelante’ donde está ‘Cariñito de Mi Vida’, de Diomedes Díaz.
SU ENCUENTRO CON DIOMEDES DÍAZ
“Después que le grabé ‘Cariñito de mi vida’, dice el maestro Oviedo, “se me pegó Diomedes, le regalaba a cada rato 10 o $12 pesos, cuando me entregó la canción yo le había escuchado algo bueno en la voz, solo que estaba desafinado, y desde ese momento le prometí que algún día lo iba a poner a grabar, pues analizaba que el muchacho tenía talento. Me llamaron desde Codiscos para que le consiguiera un cantante a Náfer Duran, quien acababa de ganar el Festival Vallenato y no dudé dos veces en recomendarlo, le llegó la oportunidad a Diomedes dije de esta manera inició Diomedes, ah y aclaro quien le dijo a Rafael Orozco que saludara a Diomedes en su canción ‘Cariñito de mi vida’ como ‘El Cacique de La Junta’, fui yo, a Rafa no se le había Ocurrido”.
TAMBIEN CON ‘BETO’ ZABALETA
Lo rescató en el municipio de El Molino, luego de su separación con Rafael Orozco, le contaron que en una caseta en Villanueva donde tocaron los hermanos Zuleta un muchacho había cantado una canción y se parecía mucho la voz a ‘Poncho’ Zuleta, me fui hasta allá y lo convertí en mi cantante.
Emilio Oviedo también tuvo una época exitosa con el cantante Farid Ortiz.
‘EL COMANDANTE’
Al maestro Emilio Oviedo, el locutor en ese momento de Radio Guatapurí, Mario de J Puerta Gómez, lo bautizó ‘El comandante’ y así es reconocido en toda Colombia; también le llaman: ‘Descubridor de talentos’, y ‘El Rey Midas del vallenato’. En 1970 obtuvo el título de primer Rey en la categoría semiprofesional del Festival Vallenato, más tarde ocupó en tres ocasiones el tercer lugar en la categoría profesional del mismo evento.
POR JOSÉ JAIME DAZA HINOJOSA/ ESPECIAL PARA EL PILÓN.