X

El efecto Venezuela

Delicada la situación que vive nuestra otrora cercana ciudad de Maraicabo, a donde llegaban miles de cesarenses y guajiros a buscar nuevos horizontes para mejorar su calidad de vida. Ayer el diario español El País tituló: “Máxima tensión en Maracaibo por los cortes de luz” y aseguraba que la capital de Zulia, principal Estado petrolero de Venezuela, la vida transcurre entre negocios saqueados, clases suspendidas en los colegios y calles tomadas por el Ejército.

Cuando se habla de crisis en otros países, los vallenatos y cesarenses se imaginan que no afecta en nada a la región. En este caso, si afecta porque los lazos con Venezuela y en especial con Maracaibo son bastantes fuertes.

Si en el pasado el territorio venezolano en plena bonanza económica era un paraíso para los colombianos, ahora es todo lo contrario. Colombia se convirtió en un paraíso para los venezolanos, y por su cercanía con la frontera el departamento de La Guajira, la ciudad de Valledupar y el Cesar en general han recibido en el último año a un buen número de ciudadanos venezolanos que llegan en busca de un mejor futuro ante la caída de su economía.

Por eso no podemos ser indiferentes con el país con el que existen tantos vínculos sociales, económicos y culturales. Lamentable las manifestaciones que se registran desde hace una semana en Maracaibo, ciudad que es el epicentro de las protestas por cortes de luz, donde se triplicaron en dos días los 21 saqueos ocurridos en todo el país durante la Semana Santa.

Los racionamientos de energía en Venezuela ordenados por su presiente Nicolás Maduro por la terrible sequía que los azota y que ha secado el principal embalse de agua (Guri) y las duras condiciones económicas que afectan al país desde hace varios años, hacen que cada vez haya más inmigrantes en Colombia. En municipios como San Juan del Cesar, Fonseca, Barrancas en La Guajira, o en La Jagua de Ibirico, El Paso, Codazzi en el Cesar, sin incluir las capitales de estos dos departamentos, ya existen comunidades de inmigrantes que hacen todo lo posible por ubicarse laboralmente, un tema que es controlado por la Cancillería.

Si bien existe un grado de agradecimiento con el vecino país, el tema laboral debe ser supervisado porque ya se escuchan voces de competencia desleal en el tema del valor de la mano de obra. Esta crisis en Venezuela también nos afecta en La Guajira y el Cesar y como tal debe ser atendida.

Categories: Editorial
admin: