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¿Y sobre el día sin carro y sin moto qué…?

El miércoles de esta semana se realizó en Valledupar el día sin carro y sin moto, como una jornada adicional dentro de un conjunto de actividades en la llamada “Primera Semana Ambiental en Valledupar, afrontando el calentamiento global”. La mayor parte de la comunidad acogió de buena manera la convocatoria, a pesar de que faltó por parte de las autoridades locales mucha divulgación y pedagogía sobre la medida.
En su momento, criticamos la convocatoria de la medida, a la cual le faltó también concertación con el sector comercial y empresarial.
Pero hoy, además, nos encontramos con que no hay ¿cómo evaluarla?. Ya que transcurridos dos días de la misma, nos preguntamos ¿cuál es el balance de la jornada?, ¿qué pasó en la ciudad en materia de movilidad, contaminación auditiva y ambiental, en materia de comportamiento ciudadano, etc?.
Lo mínimo que se esperaba de un día como el miércoles pasado, durante el cual dejaron de circular miles de carros particulares  y motos en Valledupar, con lo  cual se afectó sustancialmente la vida de la ciudad, era un monitoreo especial sobre la movilidad, el transporte público, la actitud de los ciudadanos frente sobre sistemas de transporte alternativo, entre otros aspectos. Esta tarea le correspondería a la Secretaría de Tránsito.
No obstante, los medios de comunicación nos hemos quedado sin información verídica sobre la jornada, no tenemos un balance integral sobre la misma dada por autoridad competente alguna.
Sólo el comercio ha realizado una evaluación parcial del impacto económico de la medida y esta fue costosa para cientos de empresarios medianos y pequeños. La actividad económica se redujo en más de un sesenta por ciento, se dejaron de negociar más de tres mil millones de pesos por parte de ciento cincuenta empresas encuestadas. Pero el costo de oportunidad perdido fue mucho mayor, sin lugar a dudas.

En las grandes cadenas también hubo una reducción sustancial de las ventas, al igual que en la gran mayoría de los sectores del comercio. La caída de las ventas en los almacenes especializados llegó hasta el 80 y 90 por ciento, en algunos casos.
También sabemos que se afectaron las clases en cientos de colegios públicos y privados, como también en las Universidades. Y aunque no se tenga un valor económico de la jornada académica este es un tiempo que no se recupera, y eso lo saben los educadores y los padres de familia. Sobre este particular tampoco se ha conocido un balance de la Secretaría de Educación Municipal.
Sobre el tema ambiental, sabemos que Corpocesar realizó un monitoreo sobre la disminución de la contaminación del aire en la ciudad. No obstante, hasta ayer en horas de la tarde todavía no se habían divulgado los datos y las características del comportamiento ambiental de la ciudad sobre este particular. Esperamos que el martes o miércoles de la otra semana se conozca a fondo cuáles fueron los efectos de la jornada, en esta materia.
Todo lo anterior, nos lleva a pedir respetuosamente a la Alcaldía Municipal, y en particular a las Secretarías de Tránsito, Educación, etc, la presentación de informes sobre el comportamiento, los costos y beneficios de la jornada del día sin moto y sin carro. Nos negamos a creer que así como nunca se supo cuáles eran los objetivos de la jornada, tampoco se sepa qué pasó durante la misma. Elogiamos el comportamiento de los habitantes de Valledupar que, en su gran mayoría respetaron la restricción a las motos y los carros particulares, pero cientos de empresarios, comerciantes, estudiantes y ciudadanos comunes y corrientes tienen derecho a saber para que se hizo la misma y si todo ese esfuerzo valió la pena. Los habitantes de la Valledupar estamos a la espera.

Categories: Editorial
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