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¡Es el sistema, estúpido!

Por: Indalecio Dangond Baquero

El ex presidente Uribe está muy furioso con el gobierno Santos y con la cúpula del poder judicial por el manejo que le han dado al destape de los escándalos de corrupción en que están envueltos algunos de sus ministros y altos funcionarios de su confianza. Tranquilo presidente Uribe, tranquilo, que la pelea no es con usted; es contra el cáncer de la corrupción pública, que desgraciadamente hizo metástasis en su gobierno.
Si hacemos memoria, la corrupción en Colombia se disparó con la Constitución del 91. El ejemplo más claro ha sido la elección popular de alcaldes y gobernadores, que en el caso particular de nuestra región Caribe, solo ha traído atraso económico, pobreza y el nacimiento de una clase política mediocre y corrupta sin liderazgo nacional. Otra causa del incremento de la corrupción es el mecanismo de escogencia de los contralores departamentales y personeros municipales, que son elegidos por los diputados y concejales que integran la coalición del mandatario de turno, para que no haya investigación y sanción sobre los contratos y licitaciones. El verdadero concierto para delinquir.
Otra vagabundería que hay que acabar es el sistema penitenciario. Este es el único país del mundo donde los jueces de la república ordenan encarcelar a los  bandidos de cuello blanco en prisiones de alta seguridad porque representan una amenaza para la sociedad y el director del INPEC resuelve recluirlos en los clubes sociales de las fuerzas militares porque los amenazados son ellos. Los batallones del ejército y las escuelas de caballería son para preparar a nuestros soldados, no para recluir corruptos.
Ni que hablar de la puerta giratoria que denunció en días pasados el ministro Vargas Lleras, donde un ministro de minas y una viceministra de medio ambiente  del Gobierno Uribe, hoy ocupan altos cargos con unos sueldos extravagantes en dos compañías mineras que guardan una relación directa con esas carteras. Esta práctica de corrupción tomó auge en los gobiernos de Gaviria, Samper y Pastrana. Hoy, muchos de esos ministros son miembros o socios de empresas que se vieron beneficiadas por sus decisiones. La verdadera legalización de coimas.
Lo peor de todo es que ahora pretenden eliminar estas prácticas corruptas con un Estatuto Anticorrupción de 130 artículos -que parece más bien un “Reglamento a la corrupción”-. Por Dios! Ministro, este problema no se resuelve fortaleciendo los mecanismos de prevención e investigación, esto se soluciona implantando condenas drásticas como las existentes en China, Malasia o Indonesia.
Para colmo de males y vergüenza del partido conservador, el presidente del Congreso de la República, Juan Manuel Corzo, ha presentado una propuesta de reforma constitucional para revivir la inmunidad parlamentaria. Qué descarado. Dicen que cuando uno se roba algo ve policías por todas partes. Sin duda alguna esto debe estarle sucediendo a este congresista, digno de una muerte política en el futuro inmediato.
La política de la seguridad democrática no debe ser más importante que la política de Estado contra la corrupción. El presidente Santos no debe vacilar con este tema, el cáncer de la corrupción no se resuelve metiendo preso a los corruptos, sino cambiando nuestro sistema político.

P/D: Que bueno sería para el país, que el presidente oxigenara su administración pasando a Vargas Lleras a la cartera de Defensa y a Rivera a la de Gobierno, Angelino al ministerio de trabajo y Francisco Lloreda al de medio ambiente.
idangond@hotmail.com

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