Por: Hermes Francisco Daza
José Manuel Daza Noguera (Yin Daza), es un hombre incomparable, que indudablemente no solo nos honra regionalmente sino en toda la escala nacional, donde sin temor podemos decirlo que tiene sitial junto a los más grandes valores del periodismo del país. Con humildad nos atrevemos a decir que no entendemos por qué un hombre así prefirió estando aun lúcido y en plena capacidad intelectual, retirarse a disfrutar en su villorrio nativo a la tarea para él fácil de seguir haciendo periodismo de ese excelso que él añora en contraposición al esquemático y “chivero “ que ahora nos aturde.
Los que ahora andamos por los 40 años y los que van para los 50, es indudable que aún tenemos que llevar en nuestro cerebro el eco rutilante de aquellas columnas de casete que se escuchaban por Radio Guatapurí de Valledupar, cuando Manuel Pineda Bastidas (Mapibas) lo acogió con indudable visión como periodista insigne que ya venía de cautivar a los lectores más exigentes de Colombia y de todos los diarios del país. Fue en esa época que quizás empezamos a soñar con escribir algo embelesado con ese estilo tan depurado y sabio que se apreciaba en cada escrito grabado que el mandaba a la emisora pionera de la radiodifusión en la Olla del César y la Costa Caribe.
Será difícil que surja hoy en día quien tenga la virtud como él de enseñar sin rubor usando las comillas como recurso intelectual, porque es que para eso hay que haber bebido en muchas fuentes que ya él las escanció y quizás jamás se vuelvan a llenar debido al verano anquilosante que hoy padece el periodismo, que sólo parece nutrirse de imágenes olvidando que llevamos en el cerebro la gran virtud de recordar lo que en el grabemos. ¿Será por esto que él prefiere el titulo de lector que al de periodista?
Yin Daza, nació el 4 de abril de 1922 en su pueblo natal San Juan del Cesar, antes Departamento del Magdalena, hoy perteneciente a La Guajira; en el hogar formado por el doctor José Manuel Daza Parodi quien ejerciera durante cuarenta y nueve años la medicina en la región, y Virginia Noguera de Daza, distinguida dama de la sociedad de Santa Marta. Casado con una mujer ejemplar villanuevera, Doña Paulina Daza Martínez, de ese íntegro hogar nacieron siete hijos, María Cristina, Paulina Teresa, Rosa Cecilia, Armando José, Marta Lucía, Cecilia Inés y Virginia Margarita.
Estudió periodismo en la universidad Javeriana donde se graduó en 1942, fue columnista de el diario El Siglo y La República; presentó por Radio Guatapurí sus famosas “notas”, en las cuales analizó diversos tópicos y acontecimientos de la vida regional, nacional e internacional.
Ha sido en dos ocasiones (del 64 al 66 y del 74 al 78) miembro del Congreso de la República, miembro de la Academia de Historia del Cesar y La Guajira, también concejal y alcalde de su tierra natal, miembro de la Asociación de Escritores del Cesar y La Guajira; a más del periodismo sus reflexiones cotidianas, sus crónicas de provincia, ideario político y remembranzas se recuerda en su vieja casona de la Plaza Mayor hoy parque de Bolívar. Sus otras actividades fueron las prácticas agropecuarias en su municipio San Juan del Cesar.
Hablar de José Manuel Daza Noguera, conocido hipocorísticamente como Yin Daza, es detenerse en una figura versátil e ínclita; es mirarse en una personalidad digna de los mejores adjetivos; es familiarizarse con una sencillez clásica, sin poses de elocuencia veleidosa.
Y conocerlo personalmente es recibir la gracia de una simpatía pasiva o carismática, por ese don social y cultural donde goza de especial acatamiento y simpatía de la fina calidad del escritor y periodista que anida en él, a la par de los grandes cultores de la literatura y del periodismo guajiro, sanjuanero y colombiano.