Así lo aseguró el secretario del Consejo Mundial de Energía, Daniel Díaz, en el foro de energías renovables liderado por EL PILÓN. Para 2022 se tiene proyectado que un 69 % de los nuevos productores de energía la produzcan de forma alternativa, principalmente solar y eólica.
En épocas de racionamiento por el verano o fenómeno de El Niño, o eventualidades que ponen en jaque la producción de energía en Colombia como los accidentes en la represa de Hidrotuango, salen a relucir las bondades de la producción de energías alternativas.
“Que falle una represa como Hidrotuango es similar a que fallen a la vez 120 parques solares, lo cual es imposible”, comparó José Antonio Vargas, presidente del Consejo Mundial de Energía-Colombia, durante el foro ‘Energías renovables: desarrollo sin límites’ que realizó EL PILÓN ayer.
“Este es un fenómeno de El niño débil, pero todos recordamos el caso del 2015, o hace 30 años cuando nos tocó prender velitas por el racionamiento de energía. Por eso, las energías renovables se presentan como la solución a la inestabilidad frente a fenómenos naturales del sector tradicional”, agregó Carlos Eduardo Campo, secretario de Agricultura y Desarrollo Empresarial del Cesar.
Pero la resiliencia energética no es el único factor que empieza a inclinar la balanza a favor las energías alternativas en el Cesar, Colombia y el mundo.
El paradigma de invertir en energías renovables solo por responsabilidad empresarial quedó atrás.
Estas energías son un negocio y rentable. “En muchas partes ya se acabaron los mitos con las energías alternativas, en relación de que son costosas, que no se pueden combinar con las convencionales, de hecho, ya son tan competitivas como las energías tradicionales de carbón y gas” aseguró Daniel Díaz, secretario técnico del Consejo Mundial de Energía-Colombia, durante su intervención en el foro.
Por ello, dentro de mercados energéticos como el del departamento del Cesar, con fuertes potencialidades, las alternativas están balanceando la oferta eléctrica.
Lo confirma que de los 32 proyectos para producir energía en este departamento presentados ante la Unidad de Planeación Minero-Energética para estudio y aprobación, 30 están en el lado de las renovables y 2 son convencionales.
Aunque es imposible negar las dimensiones de los dos proyectos de tecnología térmica-carbón, con una generación cercana a los 1.155 megavatios, Mw, frente a los 2.600 Mw proyectados por las energías alternativas. Sin duda, el mayor aporte se concentra en la planta solar de Cuatro vientos, jurisdicción de El Paso, Cesar.
El proyecto de la multinacional Enel, a través de su filial de energía renovable Enel Green Power Colombia, consiste básicamente en la puesta en marcha de la planta de energía solar El Paso de 86,2 megavatios (MW), su primer proyecto en Colombia, y el más grande de este tipo que actualmente se construye en el país.
LAS VISIONES ENCONTRADAS ENTRE ALGUNOS EMPRESARIOS Y EL GOBIERNO
Pero no todos estos proyectos tienen su éxito garantizado. En estado de planeación se encuentran las obras que comprenden la construcción de la nueva subestación ‘Cuestecitas 500 kilovoltios’, en el municipio de Albania, La Guajira, desde donde saldrá una línea de transmisión que conectará con la existente subestación El Copey, en el Cesar. De esas subestación sale la energía solar, eólica y convencional que se produce en esta región hasta la red nacional.
Adicionalmente, se planea la construcción de una línea de transmisión a 220 kilovoltios que conectará la subestación El Copey con la subestación de Fundación, en Magdalena.
Sin embargo, para algunos desarrolladores de grandes proyectos de producción de energía es posible conectarse a la actual red de conexión del Cesar, sin necesidad de esperar la construcción de la nueva.
“Mientras el Gobierno siga pensando que es mejor hacer una autopista para llevar a cabo los proyectos que le presentaron para el Cesar en generación de energía y que esa autopista para realizarla tome más de cinco años, eso impedirá que en el Cesar se puedan concretar proyectos que ya demostraron por medio de estudios de conexión que son viables para añadirse a la red nacional”, sostuvo Felipe Ibarra Lacouture, quien desarrolla un proyecto de energía eólica en la subestación instalada del municipio de San Juan del Cesar, Guajira.
Contraria es la opinión del Gobierno. “Este proyecto, además de aportar confiabilidad en la prestación del servicio, con lo que le seguimos cumpliendo a la región Caribe, viabiliza la capacidad necesaria para la incorporación de los primeros parques de generación con fuentes renovables eólicos y solares de La Guajira y Cesar, lo que nos diversifica la canasta energética”, declaró en su momento el entonces ministro de Minas y Energía, Germán Arce Zapata.
“Les están diciendo a los productores: espere, que estoy estudiando si hago una línea de transmisión, lo cual genera incertidumbre. Esa incertidumbre hace que yo no tenga fecha para vender la energía. Si yo no tengo fecha para poder venderla no puedo programar mis inversiones, no puedo hacer nada”, agregó Ibarra.
Por razones de falta de documentos o la disponibilidad en algunas de las estaciones que conectan con la red nacional, de los 32 proyectos presentados en la UPME para producir energía en el Cesar, solo seis han sido aprobados, tres de ellos tenían planeado entrar en operación el año pasado con una producción de 296 Mw.
En caso que la UPME acepte esos proyectos del Cesar, a 2022 se sumarían a la producción departamental 3.755 Mw, un 69 % con energía alternativa, principalmente solar y eólica.
El aumento de este tipo de energía no solo tiene ventajas por su sostenibilidad, también la reducción de los precios. La primera predicción para el 2019 son los menores costos y por lo tanto menor inversión en dólares en las energías renovables. La razón es gracia a lo que algunos expertos llaman la curva de la experiencia: entre más tenga circulación un producto en el mercado, el servicio será más económico.
EN LA ZONA RURAL LOS DATOS PREOCUPAN
Además de las reconocidas falencias en cobertura de la zona rural del sistema convencional, los precios no son competitivos frente a otros países. Por ejemplo, mientras un lechero de Estados Unidos paga en promedio 6 centavos de dólar por kilovatio hora, en Colombia pagan hasta 15 centavos de dólar.
“La cobertura de la red tradicional no alcanza el 30 % en el departamento. Pero lo peor es que el costo del kilovatio hora nos impide competir. Tenemos que empezar a mirar qué hacer con nuestras políticas energéticas, porque así, ¿cómo vamos a competir?”, explicó Carlos Eduardo Campo, secretario de Agricultura y Desarrollo Empresarial del Cesar, durante su intervención en el evento realizado en Valledupar.
DEIVIS CARO DAZA / EL PILÓN
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