Hace ya bastante rato muchos vallenatólogos recalcitrantes vienen pidiendo a gritos que las fusiones, transformaciones y demás que viven realizándose permanentemente en nuestra música vallenata se les asigne nombres, para que tanto colombianos como extranjeros no continúen llamando a todo género musical que se toca con acordeón o que en algo se asemeja al vallenato tradicional con el nombre de vallenato, lo cual se ha vuelto casi costumbre.
Expresiones como esta he escuchado en varias oportunidades: “Yo no digo que no hagan y canten lo que se les venga en gana, pero que no lo sigan llamando vallenato, porque eso de vallenato no tiene nada, que le pongan el nombre que quieran”.
Lo que muchos califican como aculturación, hibridación, suplantación o desviación de lo que es el verdadero vallenato viene ocurriendo desde que nació nuestra música, hasta nuestros propios juglares se atrevieron a interpretar lo que ellos mismos denominaron nueva ola, paseaito, pasebol, charanga, pachanga, y tantos otros aires que solo buscaban diversificar y buscar llegar a otros públicos y también darles alternativas, especialmente para el baile de nuestra música.
Alfredo Gutiérrez, Aníbal Velásquez, Calixto Ochoa y el mismísimo Alejandro Durán hicieron de las suyas con algunos aires, en grabaciones que se popularizaron en el país, luego el Binomio de Oro y las agrupaciones del denominado vallenato romántico dieron pie para que, en Villanueva, La Guajira, naciera y bautizaran La Romanza. Mejor dicho, hay variantes que recibieron nombre y aun así el pueblo las sigue incluyendo dentro del género.
Los jóvenes de esta época también se atreven a ponerle nombre a su música y ya La Banda del 5 ha anunciado el nacimiento de su aire “Bandanato” que como dice mi amigo Abel Medina no tiene nada de nuevo, ni de original y no es otra cosa que “La salchipapa” que venimos conociendo hace más de 5 años por todos estos muchachos que han querido meterle algo de reguetón, champeta y brincoleo a nuestras clásicas estructuras y cánones impuestos por unos pocos.
La ventaja que tiene La Banda del 5 es que si el nombre de “Bandanato” pega, ellos se llevaran los honores de haber sido los precursores y de hablar de Banda en el Vallenato.
En muchos países en los cuales el referente de la música colombiana es el vallenato de Carlos Vives que en su momento se le denominó Rock y Pop del pueblo, cuando escuchan a Diomedes Díaz, Jorge Oñate o Silvestre Dangond todos se le parecen a Carlos Vives.
Ya Silvestre ha anunciado que apoya al “Bandanato” y que hará colaboraciones con la banda, amanecerá y veremos si el nombre perdura o si es flor de un día, lo importante es que a quienes pedían a los cuatro vientos que le dieran un nombre a estas fusiones o variaciones ya se les cayó la estantería de sus peticiones. Buen viento y buena mar a La Banda del 5 y su “Bandanato”.
COLOFÓN: Con suficiente antelación los organizadores de la versión 47 del Festival Nacional de Compositores de San Juan del Cesar, La Guajira, han anunciado la parrilla de artistas para los días 13, 14 y 15 de diciembre en la que estarán artistas como Diego Daza, Oscar Gamarra, Elías Rosado, Juan Piña, La Banda del 5, Peter Manjarrés, Churo Díaz, Fabián Corrales, Lucho Alonso y Silvestre Dangond, ojalá en otros eventos y festivales hicieran lo mismo. En la mayoría de espectáculos de estos municipios la parrilla sale la misma semana del evento. Felicitaciones Álvaro Álvarez.
Por: Jorge Nain Ruiz Ditta.