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¿Y si usamos el comercio electrónico como jalonador de nuestra economía?

De los aspectos claves a destacar de la nueva normalidad es el uso y apropiación de las herramientas tecnológicas como facilitadoras de procesos, sobre todo en tiempos de crisis. Es innegable la transformación que ha generado la tecnología en las formas de consumo, conllevando a la creación de modelos de negocios, actividades y plataformas con fines comerciales, teniendo como base el papel del humanismo anudado a la creatividad en la era digital.

Es así como el comercio electrónico se convirtió en el sustantivo y verbo de un gran número de comerciantes que vieron en él un punto de salida de la crisis y un punto de partida a negocios 4.0, siendo esta una herramienta que de usarse masivamente en una ciudad como Valledupar, que ocupa el puesto 22 de 32 ciudades en el país evaluadas en competitividad, representaría en aumento de practicidad transaccional, bienestar poblacional y un dinamizador de nuestra economía.

Hoy vemos como los consumidores digitales del mundo, que cada vez son más, navegan en un mundo de ventas en línea, marketplaces, plataformas de economía colaborativa, venta a través de redes sociales, sistemas de pagos digitales, entre otros que no son menos que determinantes de competitividad y desarrollo.

En Colombia, según la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, entre abril y julio de 2020, las ventas por comercio electrónico crecieron 65,7 % y comparando julio de 2019 a julio de 2020 el número de transacciones creció un 100.4 % .

Y aunque se destaca las bondades y expansión del comercio electrónico en el país, sobre todo en tiempos de pandemia, es importante para mí, como rectora de una institución de educación superior, destacar los retos que aún persisten, porque a pesar de que el comercio electrónico no es nuevo, existen brechas en su uso y aprovechamiento por parte de las empresas y de la ciudadanía, ello tal vez debido a la baja adopción tecnológica y escaso uso de herramientas y habilidades digitales por parte de las empresas, así como la poca confianza y cultura de este ecosistema y la baja capacidad de respuesta de los operadores logísticos. Lo anterior impide que la región responda a los nuevos desafíos y desarrolle todo el potencial que ofrecen estas nuevas dinámicas de comercialización.

Ante ello es necesario generar las capacidades técnicas y económicas para su uso en el sector empresarial y en la sociedad, dar a conocer sus beneficios, los cuales amplían el alcance del mercado, reducen costos operativos, generan una mayor competitividad en los entornos de negocios, entre otros tantos beneficios para los emprendedores y empresarios.

En Areandina estamos convencidos del poder transformador de la educación y su relevancia en el desarrollo y dinamización de la competitividad de nuestra región, por ello iniciamos un trabajo de la mano de Drummond Ltd. para capacitar a emprendedores de los municipios del corredor minero en el uso de herramientas que les permitan desarrollar ideas de negocio a través de la innovación para el cambio, esto como punto de partida de grandes cambios que se podrían gestar desde la academia y el sector privado.

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Gelca Gutierrez: