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¿Y la seguridad?

Impotencia es la sensación menos cruel que pudimos sentir cuando vimos el video que registraron las cámaras de seguridad de la Joyería Wilman, registrado al momento de un atraco que dejó como saldo millonarias pérdidas, un balazo en la pierna de su propietario, un empleado con contundentes golpes y la captura de un presunto asaltante.

Con esta son tres las joyerías que a pesar de estar ubicadas en populosos sectores, e incluso en un centro comercial de la ciudad, han sido violentadas para arrancar a sus propietarios de muchos años de trabajo y la construcción de un reconocido nombre en el comercio de este tipo de prendas, sin que las autoridades hayan podido ubicar y capturar a los responsables, quienes cada vez son más osados en la actividad delincuencial, bajo la inerme mirada de un sector comercial aterrorizado.

Así vemos, cómo la caótica situación va pasando del hurto o raponazo común de un celular en cualquier calle de la ciudad, dicho sea de paso, cegando muchas vidas a causa del robo de un elemento tan insignificante, a planes mucho más elaborados, en el que deben participar toda una banda de malhechores con tareas definidas para cada integrante, las cuales van desde la planificación del hecho, la comisión del delito, hasta el plan de fuga, que en estos casos debió ser muy sofisticado por cuanto lograron escapar limpiamente de sectores muy concurridos de la ciudad. 

Hoy al parecer hay un capturado, el cual presuntamente participó del ilícito, lo que en caso de que realmente sea cierto se puede constituir en el inicio de las pesquisas e investigaciones para dar con el paradero del grupo delincuencial, que al parecer puede ser el mismo debido al modus operandi como se desarrollaron los tres casos.

Corresponde entonces a la Policía Nacional y demás autoridades de investigación del Estado hacer uso de todas las herramientas tecnológicas y medios de inteligencia con que cuentan para dar con los implicados, como responsabilidad directa con la protección de la propiedad privada de los dueños de los establecimientos vulnerados y colateralmente con la comunidad en general, la cual cada día se siente más amenazada y presa del terror, pero que infortunadamente ve minimizada su queja como concepto de una simple percepción, acuñada en el eufemismo de un discurso facilista.  

Ahí tendrá el alcalde la oportunidad para ejercer su liderazgo frente al tema de seguridad, sin vacilaciones y mucho menos dudas, implantando el prometido orden que muchos creyeron, haciéndole el seguimiento a las disposiciones que deben nacer de los consejos de seguridad y de la investidura que como jefe de policía la normatividad le otorga, honrando el compromiso democrático que defendieron sus electores en las urnas, devolviendo la credibilidad institucional y cumpliendo las metas de producto y bienestar, que de acuerdo al sistema de planificación permitirá el mejoramiento de la calidad de vida de los vallenatos.   

Por nuestra parte el compromiso debe ser el de brindar información oportuna para que puedan actuar las autoridades, cuidándonos unos a otros, pero sobre todo, repudiando el delito y apoyando irrestrictamente al uniformado cuando esté plenamente en cumplimiento de su deber. 

Exijamos resultados para que la seguridad abandone los argumentos de floridos discursos y se convierta en el escenario propicio sobre el que se desarrolle sanamente nuestra sociedad. Un abrazo.

amaraujo3@hotmail.com @antoniomariaA

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