La semana pasada nos referimos a la situación de la educación en Valledupar, en especial a la evolución de la matricula pública y privada. Hoy abordaremos el tema de la inversión en salud, otro eje transversal en la administración pública, el cual recibe del SGP considerables recursos para que los entes territoriales cumplan la descentralización administrativa de acuerdo con sus respectivas categorías.
A muchos de los lectores e incluso a muchos columnistas no les gustan las cifras, pero uno da de lo que tiene y es la forma más eficaz de demostrar cómo estamos frente a otros entes, la Nación y el mundo. Aunque se diga que toda comparación es odiosa, nada es medible en estadística si no se compara.
La inversión per cápita y global como porcentaje del PIB en salud y educación es la carta de presentación de un país, región o localidad. En el caso concreto de Valledupar es mucho lo que falta por avanzar, que lea el alcalde. Según la OMS, en 2013 el gasto per cápita en salud en Colombia ascendió a US$533, solo por encima de Venezuela, Ecuador y Bolivia, de toda la América; así, estamos a menos de la mitad de Chile con US$1.204 y a mucho de EE.UU con US$9.146. Y, en Valledupar ¿qué pasó? Según la Secretaría de Salud, en 2013 los gastos reales ejecutados en salud ascendieron a $154.600 millones, lo que a la tasa de cambio del momento nos da un gasto per cápita de US$200, el 37.7% de la media nacional. Pero según las cuentas del SGP, a Valledupar le giraron ese año US$173.1 miles de millones, lo que ascendería a US$225/persona. Vamos a la zaga de la Nación.
Es necesario conocer también cuánto crecemos en ejecución presupuestal para el sector. En el 2006 los gastos reales en salud ascendieron a 82 mil millones de pesos en valor constante mientras que en 2013 esa cifra se detuvo en 136.9 miles de millones de pesos, lo que nos da un incremento real de 67% para en ese periodo; esto equivale a una tasa anual constante de 7.6%. ¿Qué planes de emergencia hay para enfrentar la disminución del SGP, sustento de los sectores educación y salud, ahora que comienza a depender nuevamente de los Ingresos Corrientes de la Nación, ICN, con la caída de los precios del petróleo?
¿Cómo arbitrar recursos en Ley 550? Mientras tanto, ¿qué planes tenemos para enfrentar los nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio, ODM, 2016-2030? ¿Podría decirnos el municipio cómo nos fue con los ODM 1990-2015? Necesitamos saberlo y cómo estamos frente al mundo, porque cumplir los objetivos no significa que hayamos alcanzado la gloria. La meta sobre mortalidad infantil se cumplió; alcanzamos una TMI de 11.8/1000 nacidos vivos en 2013, por debajo de la meta, pero en comparación con otros estamos crudos. P.ej., muchos países tienen TMI de 2/1000 nacidos vivos.
En el papel, caer de 11.8 a 2 parece una tarea sencilla pero no es así. Para alcanzar este nivel de bienestar sanitario, al ritmo que decrece nuestra TMI, que es de 5.5% anual, necesitaríamos 30 años. El reto es acelerar el descenso y esto se hace con más inversión y planificación. La TMI está en función de varios elementos: agua potable, nutrición de la madre y niños, de las prácticas de higiene y alimentación, del nivel educativo de las madres y acceso a los servicios de salud. nadarpe@gmail.com