Ver esa imagen que capturó SIRENASTEREO.COM @sirenastereo donde se ve que, “vendedores ambulantes dañan la malla protectora del Complejo Acuático UPC para vender sus productos a personas que están dentro del centro deportivo”, me hace despertar del sueño que vivimos los vallenatos con motivo de la realización de los #XIXJuegosBolivarianosEnValledupar2022”.
No quiero imaginarme esos escenarios a la vuelta de un año. Terminados los Juegos Bolivarianos hay que emprender una campaña multidimensional agresiva, que incluya el cuidado de estos escenarios, promoción y fomento de las disciplinas en las Instituciones Educativas, trabajo social en pandillas y grupos juveniles, compromiso de los entes deportivos, vigilancia y control, entre otros.
No está demás visitar ciudades donde se hayan realizado juegos similares para ver que podemos imitar, y no me refiero solo a Santa Marta; Barranquilla, Cali, Medellín, Eje Cafetero, y por qué no, ciudades de otros países.
El papel de las ligas será fundamental para que estos escenarios no se constituyan en adornos del recuerdo de unos #JuegosBolivarianos2022.
La campaña de los #PosJuegosBolivarianos será una tarea multidimensional, una tarea de todos.
En esta campaña #PosJuegosBolivarianos las autoridades deportivas, ligas y juntas de acción comunal, deberán jugar un papel cohesionador y articulador.
El rol de los padres de familia como facilitadores para que sus hijos le saquen provecho al ocio, será básico y esencial en este cometido.
Asimismo, la Secretaría de Educación deberá potenciar la cátedra de Educación física y deporte.
Si se hace un trabajo juicioso, responsable y articulado, en cuatro años, muchos de nuestros hijos estarán compitiendo en los XX Juegos Bolivarianos 2026, entonces podremos cumplir con la premisa del colega periodista Paul Bolaño Saurith, de declarar a “Valledupar como la Capital deportiva del Caribe”.