Por: Claudia Nuñez
La capital del Atlántico se apresta el próximo 7 de Abril a celebrar en grande el bicentenario de su fundación y precisamente han denominado este evento como la vitrina de Barranquilla ante el país y es por ello que no han escatimado esfuerzo alguno para que los ojos de Colombia se posen en ella, no sólo por los espectáculos culturales, musicales, jornadas y foros académicos sobre la historia de la ciudad, la estrategia mediática que han realizado para involucrar a todos los ciudadanos con esta celebración, que hasta incentivos económicos han creado para aquellos barranquilleros que de una manera representativa y original organicen el mejor festejo y las grandes personalidades que la visitarán empezando por el Presidente de la República, sino porque celebrarán con la entrega de importantes obras de impacto para la ciudad, que han repuntado de manera significativa la popularidad de la menuda pero muy capaz alcaldesa Elsa Noguera, la inversión en obras viales y de infraestructura son millonarias, la dinámica en la construcción continúa disparada y actualmente Barranquilla se ubica como la segunda ciudad del País con el menor índice de desempleo, es a leguas la ciudad con mayor crecimiento y proyección, es decir, han vuelto después de muchas administraciones desastrosas a hacer la puerta de oro de Colombia, por donde actualmente entra el progreso, y el desarrollo.
Y aunque las comparaciones sean odiosas, en ocasiones es inevitable no hacerlas, aquí también nos preparamos para celebrar nuestra más grande fiesta, el Festival de la Leyenda Vallenata, y cuál será la vitrina que vamos a mostrar a quienes nos visitan? Será la de la ciudad donde la movilidad es un caos? ó aquella en donde los índices de inseguridad por cuenta de los hurtos, raponeos y asesinatos nos tienen arrinconados en nuestras casas? o tal vez aquella donde el espacio público está completamente invadido y que seguramente empeorará con la avalancha de vendedores que vendrán de otras ciudades a hacer su agosto en pleno abril? o quizás en donde los lugares más emblemáticos, la Plaza Alfonso López y el Colegio Loperena se deteriora a la vista de todos? o la ciudad donde los espectáculos musicales sólo están reservados a quienes pueden pagarlos? no se supone que el festival debe ser del pueblo, como fue concebido en sus inicios? ó quizás nuestra vitrina será un rio desforestado, al que le han desviado su cauce y hoy luce más como un riachuelo? ó aquella donde se abusa del turista cobrándoles tarifas exorbitantes por el alquiler de casas y carreras de taxis?, de pronto nuestra vitrina sea la ausencia absoluta de guías que conozcan e ilustren a los visitantes de la historia de la ciudad y por ende del festival? o nuestra falta de identidad cultural, de tradición, de arraigo porque hemos sido incapaces de transmitir la verdadera esencia de ser vallenato y de su música? sabemos todos a quién homenajea este año el Festival y su aporte a la música vallenata? o vamos a la segura, la vitrina que siempre hemos mostrado, esa donde nuestra clase política invita a media cachaquilandia a embriagarse con el excelso Oldpard y que sólo volvemos a ver en época de campañas electorales? Celebraremos otro festival sin nada más que mostrar?No es una excelente ocasión para celebrar a lo grande, con obras, progreso, empleo, seguridad, como lo va a hacer Barranquilla?. No es una excelente ocasión para que como vallenatos, con nuestro comportamiento y hospitalidad mostremos una mejor vitrina de esta ciudad?.
POSDATA: No se entiende como en una ciudad con problemas tan graves de movilidad, se le otorga permiso a un empresario para realizar el baile de los gladiadores en un lugar donde el caos vehicular, al lado del Colegio bilingüe, es pan de cada día. Definitivamente el COLMO.