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Y como es mi costumbre trataré algunos temitas

Comenzaré por hacerles un llamado a las autoridades por la invasión del espacio público de muchos lavaderos de carros. Estos negocios se han popularizado en algunas avenidas dentro de algunos barrios y ocupan andenes, calles y antejardines. Entendemos que tienen derecho al trabajo, ¿pero los transeúntes y el vecindario que se devalúa qué? Muchas calles están abnegadas de corrientes de agua por culpa de estos lavadores de vehículos. Espero que las autoridades actúen. El segundo comentario va para los parqueaderos de carros. Es importante que unifiquen las tarifas. Cada parqueadero cobra a su antojo.

Por ahora, lo único seguro para Colombia y para los vallenatos es que el bolsillo de todos nosotros será asaltado con una dura reforma tributaria que llevará el actual gobierno al Congreso. La reforma clavará a los mismos de siempre: a los empresarios formales grandes y pequeños, a los asalariados que no tienen cómo evadir y a quienes por honorarios y no sólo pagan por retención a la fuente, sino por el IVA de sus facturas. Que suban los impuestos no es nada grato. Pero que las entidades del Estado den tan pocas muestras de austeridad indigna sobremanera. Esperamos que en el gobierno del Presidente Duque no ocurra la “mermelada” que se reparte en contratos sugeridos por los caciques de turno y que incluyen una buena tajada de robo, es un claro ejemplo de los que nos cabrea.
Sería bueno que nuestro querido alcalde Augusto Ramírez Uhía implementara un plan de choque para disminuir los trancones, mejorar el transporte, recuperar el espacio público, continuar con el arreglo de algunas vías (huecos), atacar el robo de celulares (ha disminuido) y el microtráfico. Afortunadamente tenemos un alcalde excelente, receptivo y se deja recomendar. No se trata de medidas espectaculares ni obras de infraestructura exprés, sino de acciones concretas pero de alto impacto.

Sigo insistiendo en estudiar bien las hojas de vida de los candidatos a la Alcaldía y lo digo por lo siguiente: En los últimos años Valledupar ha sido gobernada por varios ciudadanos. Algunos lo han hecho con sentido gerencial y conocimiento de ciudad, de cultura y responsabilidad; otros, ustedes saben quiénes son, son sordos, irresponsables, mentirosos, ciegos y mudos. Y algunos de ellos aspiran a la Gobernación del Cesar, qué horror. Dios mío, sálvanos de estos personajes. No les da un poquito de pena. No tienen vergüenza. Sin equivocarme fueron alcaldías exitosas la de Rodolfo Campo, Elías Ochoa, Aníbal Martínez y Augusto Ramírez Uhía, cuatro alcaldes que le devolvieron la dignidad a la ciudadanía con cuatro conceptos o nortes distintos, pero que juntos lograron y han logrado hacer progresar la ciudad de norte a sur y de oriente a occidente. En la siguiente columna, seguiré tratando este tema. Merecen nuestro aplauso.

Aprovecho para resaltar la labor de unos secretarios del despacho municipal: Gonzalo Arzuza (Gobierno), Juan Pablo Morón (Obras), Eudes Fuentes (Hacienda), etc.

Para terminar me da mucha pena: El traslado a la Tramacúa de personajes de alto perfil peligroso siguen llegando. Me dan mucha pena los continuos aplazamientos de las diligencias en los estrados judiciales. Me da pena con Interaseo cobrando servicios que no prestan. Me da mucha pena con Emdupar que de manera continua viene quitando el servicio de agua en varios barrios de la ciudad.

Por Alberto Herazo

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