Los que han tenido la oportunidad de ver el documental producido por el ganador del Oscar, Morgan Neville, no podemos (me incluyo) dejar de asombrarnos ante las distintas perspectivas planteadas y analizadas por uno de los hombres más poderosos del planeta, Bill Gates. En él se examinan algunos de los principales problemas que enfrenta el mundo y la humanidad y, así mismo, las innovaciones tecnológicas que podrían transformarlo.
En esta producción emitida por Netflix se ve a un Bill Gates humano, preocupado por el mundo y por quienes lo habitan, conmovido por la desigualdad de ingresos, aunque suene contradictorio y hasta hipócrita. Analiza de igual forma el fenómeno del calentamiento global y todo lo que el hombre puede hacer para contrarrestar su imparable aumento. Trata sobre los avances tecnológicos y en especial sobre la Inteligencia Artificial, así como otros temas que darían no para hablar de ellos en una columna sino en muchas más.
Pero lo cierto es que este magnate de las tecnologías es un altruista que no deja de preocuparse ante el futuro que en apariencia le espera a la humanidad, lo que a veces puede manifestarse como un verdadero apocalipsis. En esta producción se nos invita a todos a unirnos a un conmovedor viaje de aprendizaje, en donde testifican científicos, políticos, periodistas, profesionales de diferentes disciplinas y hasta artistas como de la talla de Lady Gaga y su interlocutor en muchos momentos del documental, James Cameron, un visionario de la ciencia ficción, de un futuro que hasta ayer era distópico y tal vez mañana ya no lo sea. Donde un día creó a Terminator y hoy existen muchos robots con características similares.
La serie busca en realidad ofrecernos una visión de un futuro más prometedor y equitativo, al tiempo que pone al descubierto ciertas complejas dinámicas globales. Al final, cuestiona el comportamiento humano y lo reconoce como el único responsable de exterminarnos en un momento dado. Y quien lo creyera, aunque les duela a los antipetristas, comparte la teoría del señor presidente de nuestro país, de no seguir con la explotación de combustibles fósiles, reconociendo, incluso, que la gran mayoría de energía eléctrica que emplea en su fase industrial viene de los combustibles fósiles de nuestro planeta Tierra y es por ello que está invirtiendo miles de millones de dólares en plantas de fisión y fusión nuclear para ir transformando en beneficio del planeta nuestro medio ambiente.
No deja de ser un gran soñador y es quizás por ello que es un ser excepcional, diferente a casi todos, pues la forma como deja ver su preocupación lo coloca en el sitio de cualquier parroquiano común y corriente, expuesto a conmoverse ante la pobreza y el hambre que abunda en el mundo. Manifiesta que se despoja continuamente de miles de millones de dólares beneficiando a miles de personas regadas en el planeta, buscando con ello generarles salud, bienestar y como dice, oportunidades para una buena educación. No le preocupa en lo absoluto el qué dirán, más bien se preocupa y así lo manifiesta en el documental sobre la desinformación, un tema, incluso, sobre el que he hablado y compartido muchas veces con ustedes, mis apreciados lectores. Esa dificultad de establecer la verdad en estos tiempos de redes sociales, pues se muestra como un verdadero reto crucial que debe solventarse, pero que aún no ve la forma de hacerlo, y así lo reconoce.
Lo que llama la atención en este documental, como lo había dicho, son las intervenciones de muchos expertos que contribuyen con sus conocimientos y experiencias. Científicos, políticos, pensadores, profesionales, artistas, estudiantes y jóvenes preocupados por el futuro de la humanidad, proporcionando de manera conjunta y al unísono un panorama completo, aunque crítico, en este momento, para entender estos temas, que como lo manifesté da mucho de qué hablar, desde muchas perspectivas.
Al final, depende de nosotros, los seres humanos de evolucionar y proteger el planeta, enfrentando unos desafíos que en apariencia suenan y se ven catastróficos, con las herramientas tecnológicas que cada día se nos ponen a nuestra disposición.
El dinero si no se pone al servicio del mundo de nada sirve, de nada vale tenerlo si al final no tendrás cómo gastarlo, pues hasta para ello necesitas de salud.
Por: Jairo Mejía.