Horas después de que Wilfrido Chatrix Quiroz se dispusiera a descansar, hombres armados de manera violenta irrumpieron la tranquilidad de su humilde rancho ubicado en zona rural del municipio de Agustín Codazzi. Lo sacaron de un tirón del lugar y en medio de la madrugada del 21 de octubre del año 2003 lo obligaron a caminar hasta un paraje cercano.
Uno de los hombres armados, miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, al término de la misión llamó al entonces sargento viceprimero José de Jesús Rueda Quintero, al mando del pelotón Contera 1 para dar las noticias nuevas.
“Me dicen que me van a entregar un positivo. Yo indago y pregunto quién es, en ese entonces las condiciones que colocaba, que fuera guerrillero y que perteneciera a un grupo armado, siempre era como mi condición… Lo que importaba en ese momento era que fuera de un grupo armado sin importar cómo estuviera y fue así que recibimos a Wilfrido Chatrix Quiroz”, recordó el exmilitar Rueda Quintero en la audiencia de reconocimiento celebrada el pasado 18 de julio.
Agregó que recibió al joven de manos del grupo paramilitar de alias J.J., y después dio la orden a sus hombres de matarlo. Según una sentencia de la justicia ordinaria, entre los uniformados estaban el cabo Alexander Escalante Cabarcas y los soldados profesionales Daimer Centeno Cárdenas, Wilman Tejeda, José Rafael Campo Maza y Jorge Enrique Dorado Triviño, preparados para operativos contraguerrilla.
El deceso del muchacho lo reportaron “como el resultado de un supuesto combate contra integrantes de las organizaciones subversivas de las Farc y ELN, ocurrido en el corregimiento de Llerasca en comprensión municipal de Agustín Codazzi, Cesar, hallándose junto al occiso un arsenal consistente en una escopeta hechiza calibre 20, 12 cartuchos para la misma, una granada de mano y un proveedor para fusil Fal con 20 cartuchos de fabricación venezolana”, reza el fallo del Juzgado Tercero Penal del Circuito de Valledupar.
Posteriormente lo bajaron hasta la unidad forense de Agustín Codazzi como un hombre no identificado dado de baja en el marco de la operación militar denominada orden de operaciones fragmentaria ‘Sacrificio’.
LA FAMILIA
Sin embargo, desde el mismo día que sacaron a Wilfrido de su casa, la familia al regresar al inmueble y notar que no estaba, comenzaron a buscarlo. “La madre de Wilfrido se acercó a reconocer su cadáver y manifestó que él se dedicaba a recoger basura, que no era parte de ningún grupo armado y que algunos vecinos le habían contado que, a su casa, en la noche llegaron unas personas, violentaron la puerta y se lo llevaron con rumbo desconocido”, recopilaron en la justicia ordinaria.
Además, los parientes y amigos indicaron que Wilfrido Chatrix tenía discapacidad mental, una situación que lo imposibilitaba para hacer parte de cualquier grupo armado. De ahí que la denuncia llegará ante las autoridades, pese a que solo muchos años después, generaron resultados.
Según la investigación, inicialmente el Juzgado Noventa de Instrucción Penal Militar se abstuvo de abrir investigación penal por considerar que el actuar de los militares se encontraba justificado en la legítima defensa. Pero el caso pasó a la Fiscalía que tras las indagaciones consideró que la información sobre la víctima no resultaba concordante con el riesgo de morir en enfrentamiento armado con las autoridades o en un combate.
LOS INVOLUCRADOS
En consecuencia, el ente acusador logró que el Juzgado Tercero Penal del Circuito condenara a 34 años de prisión a los exmilitares José de Jesús Rueda Quintero, Alexander Escalante, Daimer Centeno Cárdenas, Wilman Tejada, José Campo Maza y Jorge Dorado Triviño.
Sobre el fallo la defensa interpuso apelación, pero fue confirmada el 17 de noviembre de 2016. Sin embargo, Jesús Rueda y Alexander Escalante obtuvieron la libertad condicional tras someterse a la Jurisdicción Especial para la Paz. Durante su sometimiento Jesús Rueda reconoció que trabajó de la mano con los paramilitares.
“Pues la verdad es que el Ejército en esa época no era enemigo de los paramilitares, en esa época, al contrario, hacían operaciones conjuntas ¿sí? conjuntas… entonces no, pues la verdad yo no le vi problema en ese momento, porque era un grupo paramilitar, o sea era un grupo que se identificaba como de las autodefensas (sic)”, reconoció José de Jesús Rueda Quintero en una versión voluntaria el 3 de octubre de 2018 en la JEP.
Por Marllelys Salinas / EL PILÓN