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Vulnerabilidades de la economía colombiana

Por: Amylkar D. Acosta M1

Coincidimos con la revista Dinero cuando plantea la necesidad de “prender las alarmas. Es verdad que estas economías tienen hoy una situación mejor a la que tuvieron en crisis pasadas, pues hoy esta región crece mientras los países del norte se frenan. Sin embargo, sería errado pensar que un país como Colombia está blindado ante este escenario de ´doble recesión´ global”.
Hay la necesidad de atemperar un poco la euforia que llevó hace poco al Banco de la República (B de la R) a revisar al alza su pronóstico de crecimiento del PIB para este año a un rango entre 4.5% al 6.5% y poner los pies sobre la tierra, pues no estamos en el planeta Marte y la economía global es una sola y de sus vaivenes no se puede sustraer la economía colombiana. ANIF, que acababa de revisar sus proyecciones de crecimiento al alza, apostándole a un 5%, las replantea ahora al considerar que “Colombia va a enfrentar lo que llamamos una “U invertida” en materia de crecimiento en el año 2012. Estaremos creciendo entre el 4% y el 4.5%, una cifra muy inferior a las expectativas del Gobierno que estima un 5 o 6 %”.
Ello es muy sensato, sobre todo si tenemos en cuenta que, como lo señala Ricardo Ávila, Director de Portafolio, “la actividad fabril tuvo un aumento de apenas 2.2% en junio, con lo cual al cierre del primer semestre llegó al 3.7%, totalmente insatisfactorio. La cifra no sólo está varios puntos porcentuales por debajo del promedio de la economía, sino que sugiere que hay un estancamiento inquietante. En contraste, las ventas han tenido un incremento del 24% en el mismo lapso. Estas cifras del DANE contrastan con los resultados de la Encuesta empresarial presentada por Luis Carlos Villegas al Congreso de la ANDI que daba un alza del 6.4%, el doble (¡!). De los 48 subsectores analizados, 26 registraron aumentos en su producción en junio, pero los 22 restantes tuvieron cifras en rojo. Además las areas en negativo han aumentado en número a medida que avanza el 2011”.
La más reciente Encuesta de Opinión Industrial realizada por Fedesarrollo reveló que entre mayo y junio de 2011 el Índice de Confianza de los Industriales cayó 1.2 puntos porcentuales, llegando al 5.1%. Esta encuesta se publicó un día después de que la ANDI señalara que en los primeros meses del año el sector registró un crecimiento superior al 6% en producción y ventas, con mayor utilización de capacidad instalada, bajos inventarios y mayores pedidos. Así las cosas, las perspectivas de la economía colombiana no son tan halagüeñas como se pretende mostrar por parte de quienes alimentan su optimismo panglosiano pensando con el deseo.
Enhorabuena, la Junta directiva del Banco Emisor hizo una pausa y mantuvo  la tasa de interés de intervención en el 4.5%, cuando ya estaba anunciado un nuevo reajuste a la misma, pues por la vía de estas alzas sucesivas se podría malograr la incipiente recuperación de la economía y en cambio precipitarla al estancamiento. Y lo hizo bajo la consideración de que “el aumento de la incertidumbre de los mercados financieros internacionales y su posible efecto en el crecimiento de la economía mundial, fue un elemento clave para dejar quieta la tasa”.
Hay, entonces, que andar con piés de plomo y prepararse para los embates de esta inminente recesión, que puede ser más profunda y prolongada que la anterior. Como bien lo advirtió el B de la R el palo no está para hacer cucharas, que dado el desaliento de la economía norteamericana y la de la UE es previsible que ellas arrastren consigo al resto del mundo hacia un menor crecimiento. Comparto con el analista Iván Duque Márquez que “es hora de prepararnos, pues nuestro países también han gastado gran parte de su pólvora fiscal y no todos tienen con qué hacerle frente al fantasma de una nueva recesión. Más aún, si esta viene acompañada de una desaceleración de la economía china, debido a presiones inflacionarias”.
Es cierto, como lo dice el Ministro de Hacienda Juan Carlos Echeverry,  que Colombia tiene en este momento el nivel de reservas internacionales más alto de la historia y asciende a más de 32.100 millones de dólares, amén de que aseguró el prefinanciamiento externo requerido para financiar el gasto público. Aparte de ello, hay firmado un crédito de contingencia de 6.500 millones de dólares con el FMI. Pero este escudo de protección resultaría insuficiente ante el coletazo de una recesión como la que se está columbrando.

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