Un efecto dominó se registra en los hospitales del departamento del Cesar, pero no precisamente por su solvencia económica y buenos servicios, sino por una aguda crisis que tiene en urgencia a las comunidades que acuden a ellos.
En esta semana los diputados del Cesar han hecho debates a la gestión de algunos hospitales del departamento, como el San Andrés de Chiriguaná, José David Padilla Villafañe y el Rosario Pumarejo de López de Valledupar; mientras que a su vez los concejales de Valledupar hicieron lo mismo con el Hospital Eduardo Arredondo, donde encontraron que hace falta planificación, infraestructura, tecnología y mejor calidad de sus servicios.
Entre las deudas, casos de corrupción y falta de presupuesto, los principales hospitales del Cesar se asfixian de tal manera que ya algunos, como el San Andrés de Chiriguaná deberán reducirse a su mínima expresión. Justo hoy 30 de junio este hospital dejará de prestar el servicio de medicina especializada como medida desesperada de la administración que también debe atender los pagos de sueldos atrasados a sus empleados.
El caso del Hospital San Andrés es la radiografía de lo que viven otros centros hospitalarios en el departamento en los que urge una intervención desde el nivel central y departamental, pero también de parte de los organismos de control que han sido indiferentes con la crisis de salud y han sido omisivos en su papel de vigilancia que en cierta forma ha permitido que sus finanzas sean mal manejadas.
La queja oportuna del diputado Manuel Mejía por la permisividad de la Contraloría Departamental, que funge un papel de convidado de piedra en el control en el Cesar, es más que oportuna. Es una alerta para los otros organismos porque las denuncias ciudadanas aseguran que los hospitales no solo están en crisis por culpa del sistema general de la salud, sino por malos manejos de sus finanzas. Los debates señores diputados son bienvenidos porque visibilizan los problemas y permiten que las voces ciudadanas se escuchen. Pero no son suficientes, si no se hace el seguimiento debido y se logra un impacto en los problemas. De algo debe servir la crisis hospitalaria que ya toca fondo.