Con la declaratoria de nulidad de la elección de la directora de la Corporación Autónoma Regional del Cesar, Corpocesar, Adriana Margarita García Arévalo, inicia un nuevo periodo de puja política entre los sectores que pretenden tener el control de esa entidad.
La Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Consejo de Estado, acaba de declarar la nulidad del Acuerdo 015 de 21 de diciembre de 2023, proferido por el Consejo Directivo de Corpocesar, a través del cual había designado a la directora de esa entidad para el periodo 2024-2027.
Ahora, conocido el fallo del Consejo de Estado, inmediatamente se activaron todas las alertas de los distintos sectores políticos: unos para tratar de conservar el poder en Corpocesar, otros para reconquistarlo y también están los que pretenden acceder a su manejo e imponer su hegemonía en una entidad que resulta muy atractiva para sus intereses económicos y electorales. La pregunta es: ¿y dónde queda el medio ambiente? ¿dónde están los que se preocupan por el cumplimiento de la misión de Corpocesar? Esa puja si se justificaría, donde el motivo fuese ambiental, más no político o más bien politiquero.
Por lo pronto, Corpocesar no puede quedar Acéfala y rápidamente debe revisarse el procedimiento a seguir para definir quién quedará al frente de esa entidad hasta tanto se convoque a un nuevo proceso de elección para la dirección de la entidad.
Se conoce que en la actualidad existe la designación de un director encargado en cabeza de Wilmen Vásquez Molina, quien había tomado posesión del cargo ante una notaría el 14 de febrero de 2024, pero no había entrado a ejercer sus funciones hasta tanto no se definiera la situación de la, en ese entonces directora en propiedad, Adriana García.
Una posibilidad que podría darse, según interpretan algunos abogados, es que el director encargado, Vásquez Molina asuma el cargo, quien ejercería hasta que se produzca una nueva designación en propiedad por parte del Consejo Directivo de Corpocesar, pero también se supo que por el momento no se podrá convocar a un nuevo proceso de elección de director hasta tanto no se defina la situación del representante de las organizaciones indígenas, debido a que su vocero, Pedro Daza Cáceres, le fue anulada su elección como consejero.
Así las cosas, por el momento el proceso se torna un poco largo y turbulento para definir el nuevo director en propiedad de Corpocesar, será evidente la confrontación de las diversas fuerzas políticas del Cesar y del mismo Gobierno nacional, instancia que, a través del Ministerio de Medio Ambiente, designó a Wilmen Vásquez Molina como director encargado de esa entidad.
Pero por encima de todo eso debería estar la misión que debe cumplir Corpocesar, una entidad interesante pero que debe desmarcarse de los intereses de sectores políticos, en la que ha de prevalecer el carácter técnico y científico y no el politiquero.
El medio ambiente del Cesar necesita de esta entidad que maneja un presupuesto anual significativo de millones de pesos, más distintos recaudos que percibe, entre esos por concepto de regalías. Corpocesar es una entidad que tiene una nómina de planta de 70 funcionarios de manera directa, más 250 como contratistas por prestación de servicios, lo cual indica que dispone de una infraestructura logística y de personal suficiente para lograr buenos resultados en edefensa de los recursos naturales de nuestra región. Eso es lo que todos esperamos.