Dos periodos presidenciales son demasiado y tortuosamente largos para soportar un presidente que además de tener mala imagen ante su pueblo, da motivos para ello. El presidente Santos se convirtió en el personaje de la paz a nivel mundial, pero dividió el país; con detractores que hoy siguen insistiendo que se lo entregó en bandeja de plata a la Farc; que es guerrillero y se muestra generosamente encantado ante las peticiones de los señores Timochenko y comitiva.
Hoy sin embargo las cifras están dando razones de análisis y punto de comparación a la situación que vivíamos antes del proceso de paz y a los resultados en cuanto a estadísticas, que hablan por sí solas. “En las regiones que sufrieron el conflicto la transformación ya se ve. Proyectos productivos e iniciativas que traen progreso, se están haciendo realidad”. De esto hablan hoy los medios que antes se ocupaban de informar sobre los desplazamientos y las muertes selectivas de campesinos y líderes comunitarios de veredas y zonas vulnerables. Cito textualmente las estadísticas que promovió El Tiempo, el 18 de noviembre del año recién terminado, en donde se destaca que “de 860 acciones ofensivas de las Farc (tomas, emboscadas, etc.) y 558 combates con la fuerza pública en el 2002 se pasó a cero en los dos ítems del año 2017. En el mismo lapso se pasó de 1.863 guerrilleros, 583 civiles y 381 militares y policías muertos en medio del conflicto a un registro de cero en lo que fue del año que termina. Esa y no otra, fue la razón por la cual voté en el segundo periodo por Juan Manuel Santos. Yo voté por la Paz, por no seguir derramando más sangre de compatriotas. No voté creyendo en sus promesas de firmar en piedra o mármol que no subiría el IVA, ni aplicaría más impuestos que afectaría el bolsillo de los colombianos.
Ni tampoco por prever que con su gestión por los diálogos con la guerrilla y su posterior acuerdo de paz se ganara el premio nobel. Eso a mi modo de ver no es relevante. Seguro los ultra defensores del no, tendrán razones legales o leguleyas para decir que vamos camino a ser Venezuela, entendería que deben defender su bandera política. Pero lo cierto es que hoy las estadísticas nos muestran un país que hace más de 60 años no lo podíamos mostrar así. Que los guerrilleros hicieron daño, sí; que los de ultra izquierda, socialistas ellos, quieren volver a Colombia Castro chavista, nadie puede asegurar eso, habría que darle tiempo al tiempo. Y no por ser guerrillero, que no lo soy, como alguien por ahí puede insinuar. Que los de ultra derecha han jodido al país, sí. ¿Quién puede desconocer eso? Nadie. Y hemos estado gobernados por “secula seculorum” por los mismos que nos han llevado a la postración con el fenómeno corrupto que hoy nos agobia. Seguimos esperando cambios y queremos que el proceso de paz con todas sus fallas nos siga mostrando estadísticas como estas, hoy citadas aquí. En corrupción tocamos fondo, el país no resiste más presidentes fuleros, que engañen al pueblo, ni a congresistas de igual patraña. Tenemos el poder del voto hay que usar muy bien esta herramienta. Seguimos optimistas.
Sólo Eso.