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¡Viva Colombia!, acuerdo imperfecto

Nada nuevo se descubre al concluir -de abajo arriba, de arriba abajo, de lado a lado- lectura del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera. Resultó lo que se venía de advertir: el producto final un bodrio, esto es, mezcla confusa de cosas, ello es así que no se disimula y se pone de presente en la introducción cuando se señala “el acuerdo está compuesto de una serie de acuerdos, que sin embargo constituyen un todo indisoluble”.

Empero, estoy de acuerdo, que la lectura para cada colombiano debe ser patrióticamente obligada e integral para arribar a la conclusión que espontánea, voluntaria y libremente asuma usted amable lector para respaldar o rechazar el Plebiscito. Recuérdese “la participación ciudadana es el fundamento de todos los acuerdos que constituyan el Acuerdo Final”.

Obvio, cada quien debe convertirse en un multiplicador pedagógico de los contenidos diversos de lo acordado. Y el ejercicio en lo posible debe tener -por lo menos- la siguiente metodología: proponer razones claras que apunten al “SI” y argumentos serios que conduzcan al “NO” y a la inversa, o en sentido contario y así sucesivamente. Finalmente tomar una decisión, de nuevo libérrima, en un acto de contrición personal con uno mismo teniendo como horizonte a Colombia. La de todos.

Así las cosas, propongo en todos los escenarios posibles intensamente conversar sobre el acuerdo. A modo de ejemplo en familia, el trabajo, el colegio, la universidad, la calle, intercambiar un papelito con un “SI” o con un “NO” improntado brevemente con un aspecto que lo seduzca o desobligue de la lectura del texto del Acuerdo Final al que le haya dado lectura global. Después del saludo, entregar uno a quien le estreche la mano, para promocionar todos los puntos de vista posibles en este debate público que se inicia.

El Acuerdo Final, imperfecto o posible, se ha de refrendar con el Plebiscito y de todas maneras busca la terminación de la confrontación armada entre el Estado y un grupo tan sanguinolento como la Farc-Ep. Cierto que el conflicto armado ha sido más rural que urbano, pero nos ha tocado a todos. Todos debemos pues participar activamente en la terminación de las confrontaciones belicosas, adoptando una postura.

En pocas palabras: El Presidente Santos promovió y concluyó unas conversaciones que condujeron a la firma de un Acuerdo Final con las Farc-Ep cuyo texto puro y duro se ha divulgado, ya conocemos y estamos digiriendo; ahora nos corresponde refrendar, aceptándolo o rechazándolo. La decisión final, es decir, lo mejor para el país, está en nuestra voluntad y razón personal.

Les propongo, escuchar y leer todo lo que se diga, discutirlo y debatirlo, pensarlo y repensarlo, una y otra vez, pero finalmente tomar una decisión íntimamente propia, encerrados “con nuestra privativa conciencia donde me encuentro solo con mi desnuda interioridad”.

Por ultimo no creo que el honesto Humberto de la Calle por parte del Gobierno y el criminal de alias ‘Iván Márquez’ vayan a erigirse próceres de la patria. Fueron entre unos, otros y todos co-escribiendo y construyendo -imbricadamente- consensos alrededor de negociar divergencias para llegar a un pacto de convivencia pacífica. Seguramente nada ha sido fácil. Ni feliz.

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Hugo_Mendoza: