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Visionarios del mundo, ¡uníos!

Seguimos “santriechizados”, sino, otra cosa fuera. Perdimos la Copa América, sino, algo hubiera pasado. Estamos llorando por accidentes en nuestras carreteras, pero nos tocará conformarnos. O resignarnos que es casi igual.

Estamos ocupados por explicaciones de lotes de Miguel Morales, pero ya habrá claridad, tanto jurídica como política, lo de ético puede esperar, el tiempo se encarga de todo. De no ser por esas cuatro cositas, hubiéramos avanzado en otras tareas muy nuestras. La elección temprana de la candidata a Cartagena por ejemplo, los artistas internacionales del 53 Festival de la leyenda vallenata y los aportes de la Junta Cívica, por decir algo, la recontraconfirmación de los concejales, o de pronto los nuevos homenajeados de Emdupar, algo así. Cosas curiosas, no trágicas ni preocupantes.

Como nada de esto ocurrió, al menos en esta semana, nos toca alegrarnos, reírnos, preocuparnos o llorar por las acciones políticas locales, que entre otras vainas es nuestro teatro ideal, menos mal, contamos actores y parques recuperados para soltar carcajadas hasta el infinito. La gente que ríe, siempre será mejor, está comprobado, las esposas, antes que maridos ricos y famosos, prefieren quien las haga reír, y estos galanes son más fáciles de encontrar.

Es cierto, nos tienen confundidos, olvidan que Miguel Morales es un español visionario dueño de terrenos rurales que luego fueron urbanos, y son los que están de boca en boca, y no es Miguel Morales el chef y cantante vallenato. Migue nunca ha sido “lotero”, sí gran bailador y artista. Seguimos confundidos entra la JEP y el Jeep, entre AMLO y DILO, entre Agosto y Augusto, entre recocha y melcocha, entre dación de pago y ración de prepago, dos cosas muy distintas, la una es la cosa pública, la otra es la eterna cosa.

En política local el fogón chisporrotea. Claudia Margarita Zuleta tiene la llama, solo falta el fosforo; Kaleb Villalobos anda con el fósforo listo, solo falta llama, Monsalvo tiene fósforos y llamas, solo falta quien quiera prenderlos para elevarlo como los globos o para quemarlo, mientras que Jaime Araujo no tiene fósforos ni gasolina, pues su inteligencia y preparación explota como el gas. Pero aquí nadie presta los fósforos…

Todo esto entretiene, los encuestadores, con cifras, análisis, cuadros, comparaciones, mediciones, y explicaciones, casi siempre optimistas, dependen del pago. Los encuestadores aplican una ciencia argumentativa, psicológica, numérica, matemática y cien cosas más o ningunas de las anteriores, como la economía explica las cosas después del hecho. Hoy, algunos se revuelcan porque a quienes ayer criticaban como altos clanes delictivos de mucha trocha, ahora son habilidades disruptivas de la política transversal con temas disfuncionales que el electorado entiende de manera distinta y el mismo cielo puede ser gris en una mañana de lluvia, presenta toda la claridad cuando las nubes de la ira desinformativa pasa, y la razón amplificada y digna muestra los resultados convenientes de una comunidad anhelante que solo ve esperanzas diáfanas. Yo tampoco entendí, pero así me cuentan. No sé qué pasará, apenas estamos abriendo el teatro y las boletas vienen en camino. Confusión, conmoción, ilusión, ustedes serán mi trio favorito.
@edgardomendozag.

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