Continuamos con el análisis a los procesos de autonomía territorial realizados en el Congreso Internacional de Regiones.
De España, se analizó la evolución de la Generalitat de Valencia donde tuvieron que reorganizarse ante los problemas de endeudamiento, mala gestión y corrupción. Allá se evidenció como el Estado autonómico fortaleció el modelo federal. Lo más destacado: la decisión sobre los impuestos necesarios para mejorar ingresos e impulsar desarrollo.
También se estudió el País Vasco con sus tres provincias: Vizcaya, Guipúzcoa y Álava. Su sistema tiene como soporte una ley que define competencias y transferencia de recursos. Han consolidado su proceso de financiación, lo que les permite recaudar todos los impuestos, incluso los nacionales, que luego son transferidos al gobierno central, contrario al resto de la nación.
La conclusión es que España se ha descentralizado, pero aún no ha desarrollado una sólida democracia y están obligados a revisar muy bien lo que hicieron en el año 1978.
Se discutió mucho el proceso catalán que se ha convertido en una gran guía conceptual y filosófica para todos los proyectos autonómicos. Así no tengan razón y, a pesar de las dificultades, se ha convertido en el símbolo de la autonomía a nivel internacional.
Como enseñanza queda la construcción del “Plan Maestro por Regiones” como base cierta de cooperación territorial y un compromiso de todos. Debe haber políticas hasta para el manejo del ocio, hay que estudiar lo que están haciendo otros países para tener a los jóvenes cada vez más involucrados y comprometidos con el desarrollo de sus fronteras y, por lo tanto, una larga vida del movimiento regional.
En Latinoamérica es típica la historia de la descentralización con mucho caudillismo y total protagonismo del gobierno central. Son federales Brasil, Argentina, México y Venezuela a pesar de su actual circunstancia, pero es famosa la frase de que Dios está en todas partes, pero atiende solo en Buenos Aires, similar al caso colombiano que atiende únicamente desde Bogotá.
La gran deuda pendiente es la disminución de pobreza, por eso, los países de América Latina deben lograr que toda la producción y el crecimiento estén enfocados en su disminución.
Hay que hacer una revisión histórica para aprovechar las enseñanzas que ha dejado la simbiosis de razas. Latinoamérica es un continente joven, necesita mucha agua y comida, y le hace falta tomar decisiones sobre sus recursos y mucha más integración regional como Mercosur.
Los países africanos también explicaron sus avances y reconocieron que tienen competencias transferidas del poder central, pero que no se han hecho con la debida financiación. Por lo tanto, la regionalización aún está en los textos de ley y, aunque tienen elecciones y procesos de regionalización, poco han evolucionado.
Marruecos ha logrado progresos en la regionalización y ha consolidado un proceso de modernización y reformas del Estado. Se ha reducido de 16 a 12 regiones. El nuevo rey de Marruecos es el gran promotor, lo que ha conducido a multiplicar y fortalecer los territorios, son las agencias las que ejecutan los desarrollos y el modelo de desarrollo.
Senegal es un pequeño país de 14 millones de habitantes. Tiene una escala superior y unas leyes vitales que han permitido que el Estado transfiera no solo competencias, sino el 5 % del IVA a las regiones.
Este análisis, a nivel internacional, permite tomar decisiones útiles y prioritarias sobre nuestro futuro.