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Violencia contra los niños: Cifras que escandalizan

En el año 2012, el Instituto de Medicina Legal advirtió sobre el crecimiento de la violencia contra niños y niñas, al registrarse un incremento del 3.5 y 5.2% año a año. En los últimos 10 años se presenta una tendencia hacia el aumento en la agresión de los niños y las niñas.

Estas cifras nacionales, con incidencia considerable en el Cesar, son confirmadas en el 2013 por el director de la seccional del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar –ICBF-, al indicar que en el año anterior atendieron a 5.412  menores cesarenses por agresión física, psicológica y sexual.

De acuerdo con la información publicada por este diario, la mayoría de los casos de agresión contra menores de edad ocurre en zonas de extrema pobreza, convirtiéndose la falta de oportunidades y la carencia de afecto en los principales factores que amenazan la integridad de los niños.

La manera como estamos tratando a los niños y niñas en el país, es el centro del problema, lo que evidencia que es en la familia desde donde se origina la protección hacia los pequeños. Medicina Legal informó que en los primeros meses de 2012, en el 84% de casos de violencia intrafamiliar la víctima fue un niño, una niña o un adolescente, lo que quiere decir que es hacia el núcleo familiar a donde deben enfocarse las pocas campañas o actividades que realiza la institucionalidad.

La violencia contra los menores es un tema que no sólo le corresponde a las autoridades, es un problema que se debe combatir desde el hogar, la escuela, la comunidad, la iglesia, reforzados por los gobiernos y entidades encargadas de atender la infancia, porque la agresión física, psicológica y sexual dejan huellas imborrables en las víctimas, siendo clave la justicia que debe dar castigos ejemplarizantes a los responsables, tal como lo establece el Código Penal.

Desde esta Casa Editorial hacemos un llamado a la sociedad en general para que asuman un papel más activo y proactivo, porque de nada sirve salir a protestar por la muerte de un niño o niña, lo ideal es que actuemos de manera preventiva y evitemos que sigan ocurriendo tantos hechos violentos contra la infancia. Se debe acabar el estigma de que la sociedad colombiana se ha acostumbrado tanto a las situaciones de violencia que son recurrentes entre los adultos, que ya no nos asombra la violencia contra menores. No más indiferencia. Las cifras del 2012, según fuentes del ICBF Cesar: 34 casos de trabajo infantil, 448 maltrato físico, 335 maltrato por negligencia, 44 maltrato psicológico, 328 violencia sexual y 12 explotación laboral, deben disminuir.  No más cifras que escandalizan.

 
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