Por estos días el tema principal de discusión dentro de los ganaderos, después de la recuperación del estatus sanitario, es la seguridad. “El tema de la seguridad se ha descompuesto un poco”, fueron las palabras de José Félix Lafouríe, presidente de Fedegan en la última reunión que tuvieron en Valledupar estos empresarios del Cesar.
Con la presencia de altos mandos del Ejército y Policía Nacional del departamento, los ganaderos aprovecharon para poner sobre la mesa nuevamente el tema del porte de armas.
Desde hace tres años está prohibido el porte de armas en Colombia, decreto con el que nunca han estado de acuerdo los ganaderos. “Siento el inconformismo con este mundo de requisitos para poder acceder al porte de armas cuando todos sabemos que los delincuentes cargan armas, sin permiso especial ni porte, solo para hacerles daño a los diferentes gremios de la economía” argumentó el diputado por el Cesar y ganadero, Camilo Lacouture.
En la reunión con los ganaderos, los militares aprovecharon la oportunidad para explicarles los requisitos con los que debe cumplir una persona a la hora de pedir un porte especial.
En Colombia, el porte de armas está suspendido, por lo tanto no es considerado como un derecho, sino una excepción. ¿Para cuáles personas? El coronel Oscar Ruiz Lozano, segundo comandante de la Décima Brigada del Ejército Nacional, les explicó que en ese caso los ganaderos deben presentar documentos donde sustenten las amenazas que pongan en riesgo su vida para poder acceder al porte de armas.
Sin embargo, ese es el primer filtro. Porque aunque el empresario del campo que requiere portar un arma presente suficientes razones, si registra antecedentes disciplinarios o legales no se le habilitará el permiso. Por ejemplo, para el permiso de porte especial regional se consultarán los antecedentes ante la Sijín. En este caso, para los ganaderos cesarenses que se muevan solo por el departamento. Para aquellos que vivan en otras ciudades, por ejemplo Barranquilla, deberán sacar el permiso especial nacional, esto si no tienen antecedentes ni en la Sijín y tampoco en la Dijín.
Esto sumado a que no tengan ninguna anotación en la Fiscalía General de la Nación ni haya sido sancionados por el Código de Policía, específicamente con el artículo 27 que habla de los comportamientos que ponen en riesgo la vida. Si una persona fue multado por reñir, incitar o incurrir en confrontaciones violentas, amenazar o agredir físicamente a personas por cualquier medio quedará inhabilitado para el uso de armas.
Los ganadores históricamente siempre han promovido el uso de armas para la defensa propia de delitos como el abigeato, pero ahora también la reclaman por los últimos hechos, de mayor preocupación, como el asesinato de Juan Felipe Ustáriz, el intento de secuestro del ganadero Fabio Vasco, entre otros.
Por todas esas exigencias, el gremio considera que las autoridades nacionales cometieron un error. “Creo que en eso el presidente Iván Duque le falló al gremio ganadero, nos sentimos desprotegidos, las autoridades no están haciendo lo suficiente”, aseguró el diputado Camilo Lacoutere.
Por su lado, José Félix Lafauríe, presidente de Fedegan, aseguró que el Estado debe ser más sincero a la hora del porte de armas, en el sentido que si quiere desarmar a la gente, lo haga de forma directa, y no “ponga a las personas a pagar de manera permanente el salvoconducto y después pagar el permiso. Se vuelve una forma de captar dinero, y para el que tiene el arma se vuelve impagable. Si lo que quiere es desarmar a los civiles, mejor busque la manera para que la gente entregue sus armas”.
Las armas en Colombia siempre generan polémica, y más en el campo, principalmente por la experiencia violenta de años pasados cuando civiles se armaron y terminaron cometiendo asesinatos injustificados, incluso en complicidad con la ley, aunque por esta coyuntura, el presidente de Fedegan exigió no estigmatizar a los ganaderos, pues nada tiene que ver con su actividad.
Como alternativa al porte de armas, algunos ganaderos presentaron la idea de una relación especial entre las Fuerzas Militares y los empresarios del campo. “Tratando de explorar escenarios para que el sector rural tenga un mayor espacio de interlocución con la Fuerza Pública, como lo hicimos en una época”, agregó el presidente de Fedegan.
“La idiosincrasia cesarense” “Esta es una región que la gente históricamente portaba armas, o porta armas”. Esta frase la pronunció el pasado viernes José Félix Lafaouríe, en la reunión entre ganaderos y autoridades. Según el presidente de la federación, quienes conocen bien la idiosincrasia cesarense “saben que la gente normalmente portaba una calibre 38 para su seguridad”.
Sin embargo, el propio directivo reconoce el estigma que recae sobre algunos empresarios del campo por la época de mayor violencia en Colombia, y es según los parámetros que explicaba el Gobierno, lo que se busca evitar. “En Colombia las narrativas que van construyendo terminan generando circunstancias que impiden moverse.
¿Quiénes somos los ganaderos a los ojos del país?”, preguntó al público Lafauríe en referencia a los conceptos que algunos guardan de los ganaderos. La respuesta de los propios ganaderos fueron: “despojadores”, “paramilitares”. Según Lafauríe, por esa equivocada narrativa creada por los que consideró sus enemigos “se está limitando el uso de armas a los ganaderos”.
La polémica de las armas es un dilema de no acabar, porque las personas pueden argumentar defensa propia, pero las políticas estatales van en busca del desarme, de cada vez menos armas en la sociedad.
DEIVIS CARO DAZA/ EL PILÓN