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Villa Germania, despensa de Valledupar y región olvidada por alcaldes y gobernadores

Villa Germania no cuenta con agua potable, no cuenta con alcantarillado, el servicio de luz es precario, el servicio de gas domiciliario brilla por su ausencia.

Pueblo localizado en las estribaciones de la Sierra Nevada, a una distancia de 76 kilómetros de Valledupar, 50 en doble calzada -sin terminar- y 26 kilómetros que corresponden a una trocha en todo su recorrido. Carreteable que después de los dos periodos de lluvias en el año -abril y octubre- queda históricamente intransitable, debido al daño ocasionado por los torrenciales aguaceros en la zona. Se encuentra este precioso pueblo a una altura de 750 metros s.n.m., al suroccidente del municipio de Valledupar y acurrucado en el pie de monte de la Sierra Nevada de Santa Marta.

Esta parte de las estribaciones de la Sierra Nevada presenta abundantes recursos hídricos formando la quebrada Marquetalia de donde se abastece Villa Germania, y la población de Mariangola se surte del río Mariangola. Estos pueblos no cuentan con agua potable para sus habitantes, causando permanentes crisis gastrointestinales en sus moradores; no podemos ocultar que el servicio médico es deficiente.

La formación geográfica se manifiesta en tres partes: la zona baja corresponde a la sabana de Mariangola y la vereda El Oasis donde se cultiva arroz, maíz, yuca y pasturas; además, se cuenta con ganado vacuno, equino y porcino. Corresponde esta zona a los primeros 12 kilómetros de la vía Mariangola-Villa Germania. Su altura se encuentra entre 180 y 300 m.s.n.m.

La zona media, entre 300 y 1.000 m.s.n.m., donde se cultiva maíz, yuca, ñame, frijol, aguacate, cítricos, maracuyá, plátano, cacao y hortalizas entre otros. También se desarrollan abundantes pasturas para alimentar ganado vacuno, equino y ovino, amén de aves de corral. Esta área la apreciamos dentro de 14 kilómetros de la vía anotada.

Sobre los 1.000 metros del nivel del mar hasta los 1.700 -zona alta- hallamos cultivos de cacao, café, hortalizas, tomate de árbol, pasturas, pollos de engorde, ganado vacuno, equino y ovino.

La riqueza de recursos hídricos representados en manantiales, dan la posibilidad a los moradores de esta región aprovechar el cultivo de peces para manutención de sus habitantes y su comercialización en poblaciones vecinas.

Como pueblo abandonado a su suerte, Villa Germania no cuenta con agua potable, no cuenta con alcantarillado, el servicio de luz es precario, el servicio de gas domiciliario brilla por su ausencia, el servicio telefónico ineficiente y las vías, inaccesibles y pensar que estamos a escasos 60 minutos de Valledupar, la capital del departamento del Cesar.

A partir de la liquidación de caminos vecinales, los diferentes alcaldes del municipio de Valledupar, han prometido y asignado recursos para el arreglo definitivo de la vía principal, pero es muy poco lo cumplido. Iguales promesas se han escuchado de gobernadores en campaña electoral. Hace 25 años estamos a la espera que esos compromisos se hagan realidad y que los recursos asignados a reparaciones menores no terminen en bolsillos equivocados.

Este sector, a una hora de la ciudad principal del departamento, donde se produce generosa y variada comida con un potencial ilimitado, carece de energía rural, las carreteras terciarias son caminos solo para mulas, que cuenta con 20 veredas y 20 colegios administrados por la curia de Valledupar, con un colegio de bachillerato agrícola en el centro del poblado; con tres mil (3.000) habitantes en el casco urbano y parte rural, con una disponibilidad de comunicación telefónica precaria, está clamando porque esta vez, con la nueva administración del país, pueda arañar al menos los adelantos con que cuentan hace muchos años, otras zonas rurales de nuestra querida Colombia.

Tenemos conocimiento que está asignado un recurso considerable para arreglar esta vía, Mariangola – Villa Germania. Toda nuestra población tiene la ilusión que esta vez los ojos del alto gobierno estarán puestos en el arreglo definitivo de esta  trocha actual y a la espera que se cumpla este compromiso, estamos todos.

Señor alcalde, señor gobernador, como colombianos de bien solo pedimos nos permitan mejorar nuestras condiciones de vida para así poder suministrarle comida abundante y barata a la población de Valledupar y dejar de importarla de otros departamentos.

Julio Guillermo Amaya Trespalacios

Ingeniero agrónomo

Categories: Cesar
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