Hace 17 años, la guerra sacó a Luis Martínez de su predio, ubicado en el municipio de Curumaní. Sin embargo, gracias a una sentencia de restitución de tierras podrá recuperar lo que era suyo, a través de los beneficios de la Ley 1448 de 2011.
El conflicto armado lo desplazó hacia otro municipio del departamento del Cesar. “Mi hijo fue asesinado por integrantes de un grupo armado ilegal que lo amordazaron y lo subieron a una camioneta, con rumbo a las afueras de Curumaní, donde lo mataron”, precisó el beneficiado.
Junto con el predio, entregado por el Juzgado Tercero Civil del Circuito Especializado en Restitución de Tierras, Carlos y su núcleo familiar recibirán subsidio para proyectos productivos; construcción de vivienda rural; vinculación al programa de alivio de pasivos; y toda la oferta institucional de las entidades encargadas de la atención a las víctimas del conflicto armado.
“Siento una satisfacción enorme porque después de tanto tiempo puedo gozar de lo que una vez fue de nosotros. Desde aquel fatídico 2001, no he vuelto a sonreírle a la vida ya que la violencia me quitó a unos de los hijos que se había sido elegido como concejal de la población, para el periodo 1996 a 2000”, afirmó el beneficiario.
La buena fe exenta de culpa, alegada por el actual ocupante de la tierra reclamada, fue declarada probada por el Tribunal Superior de Cartagena, que fijó una suma de dinero, a manera de compensación, que será cancelada por el Fondo de la Unidad de Restitución de Tierras (URT).
Gracias a la restitución, más de 15 mil hectáreas han sido devueltas a sus propietarios que presentaron la solicitud en la Unidad de Restitución de Tierras en los departamentos de Cesar y La Guajira.