La nueva vía que de Valledupar conduce a San Juan del Cesar no solo ha acortado el tiempo de viaje entre estos dos municipios, sino que ha permitido la integración de otras poblaciones que de alguna manera se benefician de la carretera, en la medida que quienes circulan por ella, pueden conectarse con otras vías y llegar fácilmente a más poblaciones, especialmente a aquellas que ofrecen algún servicio turístico como el Mojao, Patillal y La Mina entre otras.
Viajar por esa nueva carretera permite disfrutar del paisaje que se levanta durante su recorrido, lleno de cañahuates florecidos en esta época, de la Sierra Nevada que se impone como guardiana del viaje, de los sembradíos de arroz a la altura de Badillo y del desierto que comienza a abrirse paso en algunas partes del trayecto.
De no ser por el corto tramo que está sin pavimentar entre Los Haticos y San Juan del Cesar, el viaje sería más placentero. Afortunadamente ya han comenzado de nuevo los trabajos para la terminación total de esa vía y por fin se avizora el cumplimiento de la promesa hecha por el gobierno desde hace muchos años de brindar una carretera eficiente y con menos riesgos de atraco y accidentalidad.
Precisamente en lo que tiene que ver con riesgos de accidentalidad, se hace urgente que la Policía de Carreteras haga control constante de la vía, especialmente en horas de la noche, pues en varias ocasiones y con bastante frecuencia, los viajeros experimentamos los peligros de conductores inconscientes que manejan vehículos sin luces delanteras ni traseras; de igual modo sucede con muchas motocicletas que circulan sin luces y sin chalecos reflectivos, exponiendo sus vidas y las de quienes viajan.
Es extraño que alguien decida transitar sin luces durante la noche en una carretera con bastante flujo vehicular, pues asumir un riesgo de esos solo se puede asociar a un desprecio absoluto por su propia vida y la vida de los demás, y a quienes necesitan camuflarse en la oscuridad para delinquir. Esta vía se ha convertido en nueva ruta de contrabando de electrodomésticos, gasolina, pero también de carros de la muerte que sin importar el daño que pueden causar, andan a altas velocidades y con luces apagadas escondiéndose de alguien mientras se dirigen a algún lado.
La nueva vía que hoy tiene alta circulación de motocicletas y carros, ha traído mejoramiento de la movilidad, pero también representa alto riesgo de accidentalidad, pues algunos carros que vienen de veredas y fincas no cumplen con las condiciones técnicas para circular en la noche, sin embargo, viajan sin ningún tipo de restricciones, porque ni sus conciencias, ni la Policía de carreteras han podido meterlos en cintura para que entiendan que se han constituido en una peligrosa amenaza para la vida de quienes viajan confiados en que hay garantías para movilizarse a cualquier hora.
Quienes transitan en su mayoría por esta nueva vía cumplen con las normas de seguridad vial. Lastimosamente aquellos que no lo hacen, son quienes a menudo empañan de luto a familias que viajan de un pueblo a otro con la esperanza de encontrar una mejor vida, pero lo que reciben es el despiadado golpe de la muerte a manos de inconscientes que matan a quienes se encuentran a su paso por no dedicar un momento del día a la reparación de sus luces, para que transitar por las noches sea más seguro para ellos y para los demás.
@Oscararizadaza