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Vías a La Paz y a Bosconia, a Duque no le alcanzó.

Precisamente cuando reinaba total optimismo por la pronta entrega e inauguración del proyecto de la vía Valledupar – La Paz, y de la doble calzada a Bosconia hemos podido palpar en el propio terreno que todavía están para otra espera más.

No es cierto que las obras estén para ser entregadas en un ciento por ciento “antes de que finalice el presente gobierno”, como solía decirse y esperarse. El primer proyecto tiene una historia de 39 años, léase época del gobierno de ‘Pepe’ Castro; todavía son muchos los detalles por corregir que implica por los menos unos dos meses más.

Con el acompañamiento de la veeduría ciudadana EL PILÓN pudo observar que el puente Escalona que está en la mitad del trayecto, que fue construido hace años tuvo que ser demolido parcialmente para el cumplimiento de los requisitos técnicos con los estándares modernos, requiere de ese tiempo para estar en forma.

Así como el tramo final que hace falta de la vía, es decir los 400 metros de llegada a la glorieta de la Terminal de Transportes de Valledupar, aún está en medio de socialización y peticiones por parte de la comunidad del sector, que no se opone a la obra pero espera de su paso una mejora del barrio. En ese trayecto la carretera se transforma y se convierte en calle residencial y comercial.

En cuanto a la inspección de la veeduría ciudadana, sus miembros, bajo la presidencia del dirigente Evelio Daza, tienen una serie de repararos en cuanto a aspectos técnicos relacionados con las medidas exactas que deben tener la calzada, zonas de retiro, entre otros. Es por ello que la veeduría ciudadana solicitará al Invías el desarrollo de unas mesas de trabajo para revisar cada una de las observaciones que tienen al respecto y al mismo tiempo verificar los acuerdos a que se haya llegado con los afectados y al final posiblemente beneficiados.

En la ruta del sol 3, a cargo de la ANI, en la ruta Valledupar – Bosconia, situaciones como un hallazgo arqueológico, las variantes en los corregimientos, y peticiones de las comunidades, la tardía definición del tipo de acceso a Valledupar, han dificultado su conclusión. Aquí es también un puente, el de Potrerillo, a unos 6 kilometros de la ciudad, el que no se inició aun su construcción como lo verificó EL PILON.

Ha habido tensiones en Aguas Blancas, Mariangola y Caracolí, los dos primeros aislados por variantes, y el último sin puente peatonal a pesar de que del otro lado tiene su cementerio y el paso a Los Venados. Con todo, los contratistas de las dos obras, el consorcio Mp Caribe, y Yuma, respectivamente, han exhibido capacidad y ritmo.

Lo más saludable para las obras es que se hagan en el tiempo previamente establecido con todas las especificaciones requeridas y no correr a última hora para satisfacer al gobierno que necesita despedirse con inauguraciones, sin desconocer el gran esfuerzo por salvarlas y concluirlas después de largos congelamientos; si ya esperamos 39 años, en un caso, o mas de 12 en el otro, nada cuesta esperar unos meses más, pero con todas las garantías.

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