Me decía un taxista que donde la manifestación en contra del peaje hubiese sido previa al debate electoral, los candidatos de turno hubiesen sido la mayoría de protestantes, pero como ocurrió después, solo estuvieron muy pocos. La decisión de poner un peaje en la vía a los corregimientos del norte, no la tildaré de errada, pero sí de inoportuna, pues de hacerlo sería como ponerle un castigo o una veta a esta prospera región, la cual ha tenido un notorio atraso en su desarrollo debido a múltiples causas: violencia por parte de los grupos armados al margen de la ley y toda la problemática que desencadena el conflicto, pérdidas en los cultivos a causa de los cambios climáticos, entrada de productos agrícolas extranjeros como el arroz venezolano, poco apoyo de los gobiernos, etc.
Ahora que los corregimientos del norte parecían estar tomando un segundo aire con una tímida reactivación del agro, y la importante gestión del gobierno departamental con la construcción de vías secundarias y terciarias y la gestión en lugares turísticos e históricos como la adecuación de la plaza de Badillo y su reconocida Custodia, lo cual ha permitido un amplio flujo de turismo hacia la zona, actividad que tiene un notorio crecimiento gracias a la Ruta del Cacique, la construcción de casas de campo en toda la vía y en legendarias poblaciones como Patillal, los distintos balnearios frecuentados por propios y extraños, como La Vega, El Mojao, La Mina, entre otros, la apertura de buenos restaurantes de comida típica como ‘Las Mahomas’ en Rio seco o ‘El Tombe’ en Patillal, son sin duda elementos que han permitido un notorio renacer de esta hermosa e importante región como es el norte del Cesar. Con la pavimentación del corto tramo que hacía falta y que conecta al Cesar con La Guajira, vía que permite tener a San Juan a solo 25 minutos de distancia, también ha aumentado el tráfico de vehículos en la zona, por eso no califico la idea de un peaje como algo desacertado e ilógico, sino más bien algo inoportuno, porque esto sin duda alguna sería un retroceso a lo que hasta ahora se había logrado, y era hacer que la gente del común y los turistas retornaran a la zona, el gobierno invirtiera y personas compraran sus lotes para hacer sus parcelas o casas campestres y principalmente los campesinos, minifundistas, ganaderos, agricultores o pequeños productores del campo, volvieran a sus tierras a producir, a ganarse el pan con el sudor de su frente, como Dios manda.
Si bien es cierto que el aumento del tráfico en esa carretera trae consigo el crecimiento del índice de accidentalidad y un mayor deterioro en las vías, que obviamente necesitaran adecuaciones y arreglos, para lo cual se necesita capital e inversión, razón por lo cual no es descabellada la idea de la creación en el mediano plazo de un peaje en la zona, apoyo la oposición de la mayoría de la gente de la región a la creación del mismo, simplemente porque no es el momento para hacerlo, y si hay maneras de ayudar a reactivar la economía de la zona, una es evitando que las gentes humildes de los distintos pueblos y corregimientos del norte, se vean obligados a pagar un peaje, pues no es justo cuando en años anteriores han venido padeciendo diferentes dificultades y ahora que hay un tímido comienzo de alguna “prosperidad” tengan un retroceso y la gente deje de visitar el norte del Cesar porque el trayecto se les hace más costoso.