El encuentro con la espesura de la montaña, la melodía de los ríos que descienden de esa pendiente, el aspecto colonial del centro de Valledupar, el coqueteo del brillo de las nieves perpetuas de la Sierra Nevada, mujeres musas, el olor a naturaleza y las manos de hombres y mujeres del campo, constituyen insumos para narrar historias costumbristas revestidas de rima y naturalidad ancestral y autóctona e interpretada por voces incipientes con instrumentos nativos, posteriormente fortalecida con la aparición del acordeón, concibieron el diseño del folclor vallenato: Sin falsas modestias el de mayor importancia en Colombia.
No ha sido fácil transcender para el folclor vallenato, son largos los caminos surcados, pedregosos y polvorientos, inclusive, por extraño que parezca resistió el descrédito de las zonas inexpugnables fundadas por las elites nacientes, sin embargo, raudos continuaron nuestros juglares escribiendo historias musicales con mensajes desinteresados, primaba el interés propio de los cultores de poesía y del escritor contador de historias, conservando la nobleza y estirpe campesina, pero ambicioso para complacer y enamorar. Ni siquiera la habitual aparición del astro luminoso mitigaba los deseos del intérprete, al contrario, orondos resistieron su fogosidad ofreciendo versos por doquier a todos sin distingo como muestra perenne de gratitud.
El Festival de la Música Vallenata mantiene su originalidad a través del espíritu del concurso que con notas auténticas en la interpretación de los cuatro aires (merengue, paseo, son y puya) corona como Rey Vallenato al mejor acordeonero. No son menos importantes los concursos de la canción inédita, las categorías menores de acordeoneros y la piquería. Mantener la esencia tradicional es una consigna inmarcesible que debe cargar sobre sus hombros la Fundación del Festival de La Leyenda Vallenata y escuelas como las de Andrés ‘El Turco Gil, para que las nuevas generaciones enfrenten con nota pura las embestidas de la comercialización del folclor.
Es normal que los avances y cambios traducidos en modernidad musical, hayan tocado los linderos de la música vallenata, no es producto del azar que nuestro folclor sea galardonado en los Premios Grammy Latino, estos logros merecidos son recompensa para los forjadores del folclor que aun gozan de la vida, asimismo, para los que están en la eternidad, y una invitación para los nuevos interpretes responsables de mantener encumbrado al folclor y trasmitir a las nuevas generaciones la batuta de la esencia folclórica.
Valledupar, la capital mundial del vallenato, cada mes de abril viste sus mejores galas para recibir turistas de todo el país y del extranjero, caja, guacharaca y acordeón, anfitriones de lujo para los que vienen de afuera a disfrutar de las bonitas melodías, caminar por la emblemática plaza Alfonso López, degustar de la gastronomía vallenata, visitar el Coliseo de Ferias donde convergen la vocación agropecuaria y el folclor, como no dejarse consentir por el susurro del río Guatapurí y disfrutar de los espectáculos organizados en el Parque de la Leyenda.
Los lugares turísticos de Valledupar y sus corregimientos son encantadores, sin embargo, nadie puede despedirse de nuestra ciudad sin llevarse en su memoria que aquí rendimos tributo a la amistad a través de la expresión musical y del inagotable calor humano.
Felicitaciones, respeto, admiración y agradecimiento a la Dinastía de los Hermanos López.
@LuchoDiaz1