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Veleidades

A veces provoca suspender el servicio, apagarlo para siempre, destruirlo, sí, que se vuelva añicos contra el piso y liberarnos de él para siempre. Sin embargo, invade al mundo porque permite desde dar una orden de guerra de algún mandatario descastado hasta decir un te quiero a la abuelita que sueña con tiempos idos.

Grandes negocios se mueven a través de él, órdenes de asesinatos, de robos; avisos de tragedias, urgencias, ambulancia, flores para el día de la madre, promesas de pagar, cobros a media noche, coloquios de enamorados, charlas de amigos, chistes picantes, chistes tontos, chistes que no lo son; y hasta pasajes de vida íntima de los que se atreven a contarlos.

Es amado para los adictos a él; es una necesidad para lo que lo ven como una comodidad más y es odiado en ocasiones. ¿Cuándo es odiado un celular? En muchos momentos: cuando suena y suena y no te contestan y al final sólo se escucha la voz repelente, la voz más odiada en el mundo, así la calificaron después de una encuesta realizada en varios países de Europa, esa voz que te dice: ‘Buzón de mensajes, tendrá cobro a partir de este momento…” luego queda ese mundo de elucubraciones: ¿por qué no quiere hablar conmigo?, ¿estará disgustada o disgustado?, ¡que vergüenza he llamado tres veces y nada!, nunca pensamos en que el destinatario de nuestro intento de llamada puede estar dormido o departiendo con alguien y no quiere que le interrumpan o vive cualquier momento importante o simplemente le da pereza contestar.

A un actor jovencito y veleidoso, por cierto, le preguntaron qué le molestaba de la tecnología y contestó que no le contestaran los mensajes que enviaba por su celular. Esa es otra, porque uno se da cuenta si el contacto ha leído el mensaje o no.

Si vamos a los Mail, que horrible recibir las famosas cadenas: “Si no envías este mensaje a treinta personas te puede ocurrir una desgracia o lo contrario: envía a diez personas y verás el milagro que va a ocurrir en tu vida. El que las lea, y haga caso de tales recomendaciones es de verdad un tonto que no tiene nada más que hacer.

Defiendo, sin embargo, a los que se enfurecen, entristecen, angustian, si no les devuelven una llamada o un pequeño mensaje. Ese ¿por qué? atormenta tanto que se siente uno el tonto más grande. Muchas veces hay urgencia en la comunicación, otras no, pero de todos modos, para el que llama, es de interés.

No es moda de ahora, aparecieron hace rato: las noticias falsas que llegan a los móviles por las distintas aplicaciones que tengan para compartir con el mundo. Noticias que han hecho mucho daño, que pueden hacer que alguien muera de un susto o que se alegre para que más tarde muera su alegría cuando el motivo es falso.

Tener un celular, es tener el mundo en sus manos, hasta para pagar los servicios y no hacer cola y para muchos asombros más, pero siempre he dicho que acerca cuando hablas con alguien querido que está lejos; y aleja cuando quedas absorto en él y te olvidas de familia y de todo. Es también cuando provoca destruirlo, para que nos presten atención. Veleidades que, en cierta forma, trae el progreso.

Por Mary Daza Orozco

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