En Tobías Daza no ven ‘luz verde’ para los proyectos de obras que puedan mejorar la calidad de vida de quienes habitan en este barrio del suroccidente de Valledupar.
Alrededor de tres manzanas están bajo total deterioro, debido al paso continuo de volquetas, que según habitantes, pertenecen a la constructora Lindaraja y con la temporada de lluvias la situación empeora.
“Con el constante paso de volquetas de la constructora Lindaraja se ha ido socavando la calle, en vías no actas para trasportar tantas toneladas y ahora que está lloviendo se empeora la situación”, dijo Adalberto Vega Jiménez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Tobías Daza.
Los residentes del sector reconocen y agradecen el trabajo con maquinaria que realizó la Alcaldía Municipal, desde la oficina de Obras Públicas, con la que mejoró momentáneamente el estado de alguna de las calles. Sin embargo, ante las lluvias “pero las lluvias y el paso de estos vehículos borraron el trabajo, estamos ahora igual o peor que antes”, puntualizó el líder comunitario.
La zona más afectada es la carrera 38 bis con calle 17, que comunica a la urbanización Rafael Escalona y Tobías Daza. El líder comunitario manifestó a EL PILÓN que vecinos del sector piensan tomar las vías de hecho para impedir el acceso de los vehículos de carga.
“La comunidad está molesta, piensa poner trincheras y quemas llantas, pero hemos tratado de evitar que eso pase, por eso pedimos una pronta solución por parte de los entes encargados”, afirmó Vega Jiménez.
Otra de las dificultades que presenta la comunidad de Tobías Daza, tiene relación con un lote privado en cercanías al barrio, del cual sale todo tipo de roedores, vecinos han observado serpientes.
“Casi a diario salen serpientes, en los últimos días, si yo no llego de visita a una de las casas, quizás que hubiese pasado con dos niños que estaban estáticos frente a la culebra y la mamá de los infantes entró en pánico. Esto nos tiene preocupados y desesperados a todos en el barrio, son cinco y seis serpientes diarias”, agregó el líder del barrio.
Por Jennifer Polo / EL PILÓN