Tras una década dedicada a velar por la correcta inversión y funcionamiento de lo público en el Cesar, Jaine Mora Murgas, habló con EL PILÓN sobre el futuro incierto de la Veeduría Ciudadana en este departamento.
Este humilde sastre de 74 años, residente en el barrio La Granja de Valledupar, aseguró que no quiere renunciar a la Veeduría sin tener un buen prospecto que lo reemplace.
EL PILÓN: ¿Qué es la Veeduría Ciudadana?
Jaine Mora: Es una organización constituida legalmente en la que mediante convocatoria en asamblea se eligen los diferentes cargos, como presidente, vicepresidente, secretario, fiscal, tesorero y vocal. El objetivo está establecido de acuerdo con la ley, en el artículo 71 de la Constitución, donde se consagra la conformación de veedurías.
EP: ¿Qué características debe tener un veedor?
JM: Tiene que ser transparente y honesto, porque ningún ‘pícaro’ puede ser veedor.
EP: ¿Qué recibe un veedor como retribución por su trabajo?
JM: Únicamente lo que quiera reconocer la comunidad, por el trabajo que uno hace con honestidad, transparencia y rectitud. Solo aportes físicos para el funcionamiento de la veeduría, pero en lo económico no recibimos nada.
EP: ¿En qué estado se encuentra la Veeduría Ciudadana en el Cesar?
JM: Empezamos 45 personas, pero el único que ha quedado soy yo, porque los demás tienen miedo de hacer las cosas bien. Los veedores no pueden ser mercaderes, tienen que ser independiente e imparcial.
EP: ¿Cuáles han sido sus primeros hallazgos en la Veeduría Ciudadana?
JM: Mis primeros ‘pininos’ los hice en el 2002, con el apoyo de la Contraloría Municipal, con el tema de espacio público. Se recuperaron los espacios del Mercado Nuevo, La Galería Popular y otros sectores. Después me metí a la oficina de Planeación Municipal, donde me di cuenta que en Valledupar la mayoría de los dueños de inmuebles han cercado todo el espacio público y las vías peatonales. En Planeación hay 19 informes y estoy pendiente de presentar una acción popular, para que estos hallazgos no se queden en el papel.
EP: ¿Cuál considera que ha sido la principal ‘olla podrida’ que se ha destapado en Valledupar con el apoyo de la Veeduría?
JM: Las principales ‘ollas podridas’ que han afectado los recursos públicos y lo que es el engranaje del fomento de las obras, son las concesiones. La mayoría de los alcaldes únicamente se han dedicado a recibir prebendas de las diferentes concesiones que hay aquí, que son amoblamiento, el tránsito y alumbrado público.
EP: ¿Qué obras tiene en la mira la Veeduría?
JM: Vamos a empezar una veeduría a las obras del Sistema de Estratégico de Transporte Público de Valledupar, que según tengo conocimiento las están desarrollando sin una planeación, debido a que las placas de pavimento en concreto las están ejecutando y posteriormente las han estado demoliendo, porque le faltaba lo principal que son las redes húmedas, alcantarillado y acueducto. Ahí se presentaría el caso de una malversación de recursos públicos y detrimento al patrimonio.
EP: ¿Cómo es su trabajo con los organismos de control, en el caso de Procuraduría y Contraloría?
JM: Uno busca el apoyo en estas entidades porque son a quienes les compete el control fiscal, de recursos públicos y los diferentes funcionarios.
EP: ¿Ha sufrido amenazas o se ha sentido amenazado por su labor?
JM: En el 2009, hicieron cinco tiros en la puerta de la casa. Uno está sujeto a que lo ofendan y hasta le hagan un daño por prestarle un servicio a la comunidad.
EP: ¿Ha pensado en retirase?
JM: Estoy pendiente de retirarme por la edad, pero no hay quien se le mida a esto, teniendo en cuenta que es un trabajo de responsabilidad y de riesgo.
EP: Como lo mencionó anteriormente, la veeduría de cierta forma se ha ido quedando sola. ¿Se puede hablar de un futuro incierto?
JM: A algunos jóvenes les gusta esto, pero a otros no, porque en esta labor no se gana un peso. Yo me he tenido que meter la mano al dril, como puede ver la veeduría funciona en mi casa y nadie me paga. La gente cuando no gana, no quiere metérsele a las cosas, esto es de responsabilidad y de compromiso.
Por Martín Elías Mendoza