Mi profesión llamada el cuarto poder, un muy bien puesto calificativo, porque los medios ejercen tal influencia en la sociedad que pueden desde derrocar gobiernos, acabar matrimonios, poner presidentes, adelantar obras filantrópicas y hasta volver celebres a personas sin más meritos que hacer payasadas y estupideces en las redes sociales.
Herramientas como Facebook, Instagram o Twitter pueden ayudarnos laboral y socialmente, lastimosamente también sirven para difundir actividades que en nada contribuyen a crear conciencia y construir una sociedad más justa y con valores, hay una serie de personajes que se han dedicado a invadir las redes con videos e imágenes que no son más que una oda a su vanidad, un instrumento de su egolatría, como por ejemplo el tal Dan Bilzerian, un gringo de origen armenio, que se ha autodenominado como “macho alfa” y los medios lo han calificado como el “Rey de Instagram” o el hombre más envidiado del mundo. Este es un pintoso actor mediocre de 34 años, experto jugador de póker, con más músculos que cerebro, el cual inunda las redes sociales con videos donde se muestra rodeado de bellas mujeres semidesnudas, con más silicona en tetas, nalgas y labios, que materia gris en su cerebro, también ostenta sus millones, con carros lujosos, yates y aviones, mostrando explícitamente drogas, alcohol y armas, rindiéndole culto al sexo, al consumo desenfrenado de sustancias ilegales, bebidas embriagantes y a la violencia.
Lo triste de todo esto es la gran cantidad de seguidores y admiradores que tiene, lo que es una muestra clara de la gran inversión de valores de nuestra sociedad hoy día, donde la gente vale más por lo que tiene, que por lo que realmente es, donde ampliamente se es más valorado por como se viste o por los carros y joyas que usan, que por sus virtudes, cualidades y obras. Personas como esta, ni si utilizan parte de sus millones para hacer obras, deben ser puestos como paradigmas ni modelos a seguir, porque es más grande el daño que hacen en los ideales y en el desarrollo de la personalidad de las nuevas generaciones con los ejemplos que están dando, haciendo alusión a esa máxima de Maquiavelo: “El fin justifica los medios”, pues los niños están creciendo con unos falsos ideales, en donde predominan los excesos, lo material y el sexo, y las nuevas generaciones se están comiendo el cuento de que hay que hacer dinero a toda costa, para ser alguien y para darse lujos y derrochar dinero y vanidades, por eso es muy importante el papel de los padres al inculcar reales valores en sus hijos, y sobre todo no permitir que internet y la televisión le llenen la cabeza de “cucarachas” y basura a sus pequeños.
Como dijo Pambelé: “Es mejor ser rico que pobre”, eso no lo voy a negar, porque es mejor tener plata en los bolsillos que estar pensando ¿con que voy a desayunar mañana? pero también debemos tener en cuenta que la plata no es todo en la vida, recordemos que Pambelé fue famoso, tenía lujos y riqueza, andaba en autos costosos, tenía un harem de mujeres, bebía y consumía drogas en cantidades y precisamente así se gastó su fortuna, desperdició su talento, perdió su vida y su familia. Jesucristo vestía túnicas humildes y sencillas, calzaba sandalias, andaba en burro y no tenía más armas que su palabra, siendo hijo del dueño del oro y la plata, entonces por qué nos mortificamos envidiando a personas tan pobres, que solo tienen dinero.
@juliomceledon