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“Vamos a sembrar arroz que esto está malo”, dijo Diomedes

Hoy que se celebra el Día Mundial de la Alimentación nos llega a la mente aquel saludo y frase premonitoria que el cantautor vallenato Diomedes Díaz lanzó en una canción grabada en el año 1981: “Oye, Bolívar Cuello, vamos a sembrar arroz que esto está malo”, refiriéndose el artista en ese momento a la falta de comida en muchas poblaciones.

Han pasado 43 años desde ese grito musical y profético de ese cantor campesino, considerado por muchos como un filósofo de la vida, y la situación no solo sigue igual de mala, sino que tiende a empeorar cada día más. ¿Será que todavía se necesita sembrar más arroz?

Los informes revelados en este año 2024 indican que “es alarmante la cifra de niños menores de cinco años que se encuentran en estado de desnutrición en Valledupar y demás 24 municipios del Cesar”.

La Procuraduría General de la Nación mantiene encendidas las alertas y anunció acciones, además de exigirle a las autoridades nacionales y territoriales, tomar las medidas que ayuden a detener los altos índices de mortalidad y morbilidad infantil en el país.

El Instituto Nacional de Salud -INS- reportó 12 casos notificados de mortalidad por desnutrición en niños menores de cinco años de edad, registrándose el mayor número de reportes en Chocó 4, La Guajira 2 y Risaralda 2. Para la misma semana epidemiológica, el INS reportó un total de 1.746 casos por morbilidad asociados a desnutrición.
Un total de 244 fallecimientos fueron confirmados por desnutrición en el 2023: La Guajira 74, Chocó 46, Cesar 27, Antioquia 22 y Magdalena 20.
La situación refleja la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad alimentaria de su gente, en especial a las poblaciones vulnerables, tal como se ve en nuestras regiones. A todas luces es un problema complejo que pone a prueba a los gobiernos de todos los niveles, lo mismo que al sector productivo y a las organizaciones que propenden por el bienestar de las comunidades.
Nos dimos a la tarea de preguntarle a expertos en temas de seguridad alimentaria para conocer sus recomendaciones encaminadas a encontrarle salidas al problema. Muchos coinciden en que, a la falta de recursos económicos y de infraestructura industrial, se debe recurrir a ideas innovadoras y sostenibles para aprovechar las riquezas naturales que nos brinda nuestra región. Por ejemplo, proponen el fomento de huertos urbanos y veredales en barrios, colegios y comunidades rurales, con el fin de generar alimentos frescos y de bajo costo para contribuir a la autosuficiencia alimenticia.
También plantean la capacitación a pequeños productores y familias en técnicas de agricultura sostenible y agroecológica; lo mismo que enseñar métodos como la rotación de cultivos, el uso de abonos naturales y la conservación de semillas nativas para garantizar una producción constante de alimentos.

En ese proceso se requerirá optimizar los canales de distribución de productos locales, donde haya un a fluida conexión entre los productores y los consumidores, pero también incentivando la compra de los productos propios de la región en tiendas y supermercados. Son solo ideas sueltas, su implementación implicaría estudios rigurosos.

No obstante, pese al largo tiempo transcurrido, la propuesta de ‘El Cacique de La Junta’ sigue vigente; el arroz es un excelente producto para mitigar el hambre y aunque necesitemos administrar mejor la producción, el precio y el agua para su sostenibilidad, el Cesar tiene tierras aptas para su cultivo.

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