A finales del año anterior el senador por el Partido Verde, Antonio Sanguino Páez, en ejercicio de su función de control político le radicó un derecho de petición a la ministra de Cultura, Carmen Inés Vásquez Camacho, en el cual le formuló doce preguntas claves sobre la ejecución del Plan Especial de Salvaguardia – PES de la música vallenata, y de paso, también le preguntó sobre los efectos de la declaratoria hecha por la Unesco de la música vallenata del caribe colombiano como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y como ya es costumbre de muchos servidores públicos en Colombia, la extensa respuesta se encuentra llena de evasivas y vagas afirmaciones.
El senador Sanguino le hizo a la ministra preguntas como: ¿Qué acciones afirmativas concretas se han realizado por parte del Ministerio a partir de la entrada en vigencia del PES? y la respuesta de la Ministra fue una extensa lista de pequeños apoyos económicos que el sistema de estímulos del Ministerio realiza año tras año a los diversos eventos y festivales a lo largo y ancho del territorio nacional, como si eso no se hubiese hecho antes de la Resolución que crea el PES (Res. 1321 del 2014).
También le preguntó el senador a la ministra sobre los efectos positivos y logros que se puedan apreciar luego de haber entrado en vigencia el famoso PES, y la respuesta de la titular de la cartera de cultura sigue siendo etérea. O sea, no se observan logros que mostrar distintos a los de siempre.
Ahora, como las responsabilidades del cumplimiento y la ejecución de los objetivos propuestos en el PES no sólo se circunscriben al Ministerio de Cultura, sino que autoridades departamentales y municipales también tienen compromisos, e inclusive, personas jurídicas privadas, se le preguntó a la Ministra qué reportes habían hecho al ministerio estas autoridades, y la respuesta fue: ninguno.
Entre las preocupaciones del senador Antonio Sanguino también se encuentra aquella que tiene que ver con los efectos de la declaratoria por parte de la Unesco de la música tradicional vallenata como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y la articulación y gestiones del Ministerio de Cultura ante autoridades internacionales para la protección de la música vallenata. Lastimosamente, a este respecto tampoco se ha hecho nada.
Mejor dicho, los actos administrativos de las autoridades nacionales en pro del vallenato al parecer se profieren con el único fin de obtener titulares de prensa, y la lucha de tantos quijotes como el compositor Adrián Villamizar para lograr el pronunciamiento de la Unesco, resultan en otra razón más para creer poco en la institucionalidad.
Ojalá sea muy pronto el debate que está organizando el senador Antonio Sanguino para mostrarle al país que es muy poco lo que las autoridades gubernamentales han hecho en pro de la música tradicional vallenata.
COLOFÓN: Estamos en oración y total solidaridad por la salud de la cantante Ana del Castillo, a quien necesitamos dándole vida al folclor vallenato.