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Valledupar y sus monumentos: inmortalidad y promoción turística

Peter Manjarrés fue el último artista en ser homenajeado con una estatua. FOTO/CORTESÍA.

Los monumentos son quizás la estrategia más apreciada para la preservación de la memoria. Por eso, en Valledupar la mayoría de los puntos geográficos claves son, también, pequeños museos de la memoria de la región: el monumento de Los poporos, el Pedazo de acordeón, la María Mulata, la obra de La Revolución en Marcha, la glorieta El Cacique Upar, la estatua de Diomedes Díaz, Martín Elías, Kiko Barrios, Carlos Vives, Jorge Oñate y de Peter Manjarrés. Casi todos los protagonistas están relacionados con el folclor.

El último en ser revelado fue el monumento a Pedro Rafael Manjarrés, más conocido como Peter Manjarrés, dentro de la renovada glorieta de la Terminal de transporte de Valledupar. Nacido en Valledupar el 26 de julio de 1974, Manjarrés tiene una trayectoria de más de 20 años y con su estatua entró en la lista de artistas con homenajes en Valledupar.

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¿Qué gana la ciudad y el folclor con estas obras? Para el historiador y jefe de la Oficina de Cultura de Valledupar, Tomás Darío Gutiérrez, los monumentos son un homenaje y un negocio para la ciudad. “Le hacemos homenaje y reconocimiento a quienes han forjado para nosotros esa imagen de pueblo musical y al mismo tiempo lo convertimos en fuente de ingresos. Muchos pueden vivir de eso: el que vende, el transportador, el dueño del hotel”, señaló Gutiérrez.

La Silla de Diomedes está ubicada en la glorieta Los Juglares en el río Guatapurí. FOTO/ARCHIVO.

ESTATUAS Y PADRINOS

En Valledupar, las estatuas más visitadas son las de Diomedes Díaz y Martín Elías en el parque de La Provincia, según datos de la administración. Junto a ellos han sido homenajeados en Valledupar artistas y juglares como Leandro Díaz, con el monumento y la urbanización que lleva su nombre; Alejo Durán, con la escultura del Pedazo de acordeón; Rafael Escalona con la construcción de la Casa en el aire, entre otros.

A ese grupo, en el último año se sumaron las esculturas que rinden homenajes en vida: Carlos Vives en el parque La Provincia; el busto de Jorge Oñate en el parque Don Alberto y ahora la estatua de Peter Manjarrés.

¿Cuáles son los criterios para elegir el artista homenajeado? Según Agustín Bustamante, periodista y conocedor del folclor de la región, “hay un orden de importancia”.

En una ciudad que está denominada como el epicentro de la música vallenata, cualquiera que tenga mérito es válido. En la vida existen prioridades, es claro que tenemos una lista de juglares que se merecen tal distinción, Alejo Durán, Juancho Polo. En ese orden de importancia son merecedores. Peter merece su reconocimiento porque él ha hecho un aporte”, señaló Bustamante.

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El alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez, señaló que la apuesta es que los artistas participen en la construcción de la ciudad como padrinos de parques.

La estrategia es invitar a los artistas del vallenato que día a día son embajadores de nuestra música y el mundo a que hagan parte de la transformación de ciudad. Pareciese que estaban aislados, que no tuviesen que ver con el proceso de ciudad, entonces una forma de vincularlos es que ellos apadrinen los parques, las glorietas. Lo que hicimos fue un reconocimiento a un artista exitoso (Peter Manjarrés) que lleva más de 20 años sirviendo a nuestra música”, señaló Ramírez, quien cree que el siguiente paso será la realización de inversiones directas de los artistas, siguiendo el ejemplo de la barranquillera Shakira. “‘Más temprano que tarde’ veremos esfuerzos en ese sentido”.

Relacionadas directamente con el folclor, en Valledupar las nueve esculturas más visitadas son: la Pilonera mayor, el Pedazo de acordeón, el busto a Leandro Díaz, la glorieta a los Juglares, la estatua de Diomedes Díaz, Martín Elías, Carlos Vives, Peter Manjarrés y el busto a Jorge Oñate.

Carlos Vives en su monumento en el Parque de la Provincia de Valledupar. FOTO: SUMINISTRADA

Los locutores Jaime Pérez y Javier Fernández comparten la idea que los gobernantes deben seguir creando puntos turísticos en la ciudad centrados con el vallenato.

¿Nombres? “Faltaría en Valledupar la estatua para Rafael Orozco, Juancho Rois, Alfredo Gutiérrez. La música vallenata es la empresa más grande de la ciudad. Si los turistas llegan a Valledupar no le van a preguntar a ninguno por Simón Bolívar, Santander o por alguno de los políticos, preguntan es por el vallenato. A penas pisan tierra les provoca es escuchar una acordeón”, argumentó Fernández.

“SE PUEDE HACER MÁS”

Como señalan conocedores del tema que sean tantos los artistas protagonistas en la creación de la cultura vallenata, además “de una bendición, es también un reto no dejar a un lado su memoria”. Yolanda Ariño Gámez, profesora de la escuela Rafael Escalona de la Fundación del Festival vallenato, argumenta que son claves las estatuas para preservar los legados.

Es una buena labor porque no dejamos de tener presente a esos juglares. Si no se le hace un monumento, es posible que con el tiempo se olviden. Hacer el monumento es hacer memoria”, comentó Yolanda Ariño, quien además agregó que “son fundamentales los homenajes en vida”.

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Por eso, asegura, es fundamental homenajear a aquellos a los que no se le ha rendido algún tributo “con esa importancia”. Casos como el de Calixto Ochoa, Náfer Durán, Luis Enrique Martínez, Juancho Polo Valencia, Toño Salas, entre otros.

Para Agustín Bustamante que haya nacido en Valledupar no debe ser razón de prioridad para rendir un homenaje. “Han centralizado en la ciudad el tema de los homenajes en la música vallenata. El que aportó tuvo que haber nacido acá, ese no debe ser el criterio, sino su aporte. La música vallenata es de todos y Valledupar es el epicentro. Todos son merecedores”, agregó Bustamante.

Uno de los últimos homenajeados fue Jorge Oñate con busto en el parque Don Alberto. FOTO/ ARCHIVO.

ANTES DE LA RADIO

En esa lista de personajes que aportaron en la construcción del folclor vallenato, el historiador Tomás Darío Gutiérrez, divide las épocas en un ante y un después de la radio.

“Cualquier persona en la calle hace una lista de 30 artistas que merecen un monumento. Aquellos de los últimos tiempos, que grabaron cuando apareció la radio y los discos. Pero antes de las emisoras hubo gente tan grande como Diomedes Díaz. Sebastián Guerra, nadie lo ha igualado”, relata el historiador.

Sebastián Guerra, agrega, nacido en Rincón Hondo, Chiriguaná, hacia 1920 compuso una canción en contra del presidente de la República de entonces, Abadías Mendez, tratándolo de pícaro, corrupto y sinvergüenza. Además, narra, recorrió la región alertando con cantos a la ciudadanía sobre el peligro de la blenorragia, “esa enfermedad venérea que llegó a Ciénaga a través de los prostíbulos que trajeron los norteamericanos”.

A ‘El gran’ Martín Elías le rindieron homenaje con una estatua junto a la de su padre, Diomedes Díaz. FOTO/CORTESÍA.

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Uno de los personajes clave en los orígenes del vallenato, fundamental como músico, creador, compositor, trashumante, colonizador de espacios musicales en la región del Caribe colombiano”, así lo calificó Celso Guerra. En ese sentido, aparecen otros nombres como el de Chico Bolaños, Rosendo Romero Villarreal y Octavio Mendoza.

Por último, los expertos concluyen en que las autoridades de Valledupar deben apostar por reproducir experiencias como la Plaza Garibaldi en México, donde las estatuas, además de ser el principal reconocimiento a los creadores de la cultura musical, también son un atractivo turístico.

POR: DEIVIS CARO / EL PILÓN

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