Por José Atuesta Mindiola
I
Levanta su brazalete
un juglar del acordeón,
lo aclaman en la región
como rey en palacete.
Sus notas son un banquete:
manojos de melodías
de crónicas en poesías,
expresión del sentimiento.
De fiesta se viste el viento,
Valledupar, tierra mía.
II
Todo el pueblo está contento,
nativos y visitantes
ven a los participantes
que demuestran su talento.
El Festival es portento
y brilla en el horizonte
Iván Villazón Aponte,
el vallenato cantor
con matices de tenor
y su trinar de sinsonte.
III
Un sinsonte en el vergel
matizó su juventud,
con el canto a Dina Luz
del maestro Rafael.
Ha demostrado ser fiel
al folclor de los juglares,
por eso es que sus cantares
afinados en melodías
son racimos de poesías
y recuerdos estelares.
IV
En son, merengue y paseo,
su tonada es sinfonía
que enternece de alegría
y galante regodeo;
se llena de cuchicheo
el alma de las mujeres
y florecen los quereres
en edénica ilusión,
hasta vibra el corazón
de música y de placeres.