Valledupar se ha convertido en un verdadero caos. La movilidad de carros, motocicletas, bicicletas y peatones colapsó a tal punto que ya no se puede transitar con fluidez por las vías del cuadrante comprendido entre calles 12 (barrios Obrero, San Joaquín, Cañaguate y Novalito) y 20 (Gaitán, La Granja, Keneddy y Sicarare), y las carreras cuarta (El Carmen, Centro, Cerezo y La Guajira) y 15 (sector de las clínicas y centros médicos).
En esta amplia zona de Valledupar se desarrollan las principales actividades socioeconómicas y políticas de la ciudad, entre otras las relacionadas con las entidades bancarias, las que corresponden a la administración pública –Alcaldía y Gobernación-, las actividades de la justicia, servicios médicos y hospitalarios, la telefonía celular, el comercio formal e informal, talleres de reparación de maquinaria pesada, carros y motos, restaurantes y comederos de diferente orden, como las ventas de sopas, arepas y comidas rápidas, entre otros.
Todas estas actividades con el bajo nivel de cultura ciudadana ya generaron un caos total en el sector, pues las aceras de calles y carreras de este cuadrante se han convertido en parqueaderos públicos con ‘propietarios’ de dichos espacios, porque es el medio de subsistencia de las personas que vigilan vehículos, pues los parqueaderos existentes no dan abasto o algunos prefieren dejarlos en plena vía. Ya este es un problema grave con tendencias gravísimas, debido a que la vía queda reducida a menos de la mitad de su dimensión y no permite el flujo vehicular mínimo normal, lo que desata inmensos trancones y parálisis en las vías y en las intersecciones de las mismas, no sólo en horas pico, sino a toda hora.
Este cuadrante tiene un impacto directo en la avenida Simón Bolívar, sector de la glorieta del ‘Pedazo de acordeón’, Los Cortijos, Instpecam, CADS, las glorietas de la ‘María Mulata’, ‘Los Gallos’ y la de ‘La Ceiba’, así como el sector del antiguo Teatro Avenida y Los Manguitos, con efectos colaterales al sector de la carrera séptima, Galería, ‘El Boliche’, la glorieta del antiguo ‘Tractor’ y el trayecto que lleva al Terminal de Transportes. Incluso ya en la avenida 44 existen conatos de congestión vial en las intersecciones, especialmente generadas por la cantidad de motocicletas que por allí transitan para resolver el problema de transportes de los barrios Mareigua, Don Carmelo, 25 de Noviembre, Nuevo Milenio, entre otros.
Todo este problema vial, de movilidad y tránsito exige declarar una emergencia en Valledupar, que debe ser afrontado por los gobiernos Municipal y Departamental, la Policía Nacional y el Fondo Nacional de Prevención Vial, pues hasta ahora sólo ha sido atendido con pañitos de agua tibia. En este ejercicio se deben involucrar expertos en vías y transportes que orienten y formulen soluciones en el corto y mediano plazo porque el Sistema Integral de Transportes no va a solucionar el caos. ¿Será que la Secretaría de Tránsito y Transportes tiene las condiciones, los medios, el liderazgo, la visión y la experiencia necesarias para atender semejante problema, habida cuenta que sus funciones no son las de responder preguntas a través de los medios?, sino trazar soluciones ajustadas a la planificación y a los cánones de la ingeniería de vías y transporte.