Ayer, 21 de marzo, se exaltó el Día Internacional de la Poesía: “Se conmemora una de las formas más preciadas de la expresión e identidad lingüística de la humanidad. La poesía, practicada a lo largo de la historia en todas las culturas y en todos los continentes, habla de nuestra humanidad común y de nuestros valores compartidos, transformando el poema más simple en un poderoso catalizador del diálogo y la paz”.
“El Día Mundial de la Poesía es una ocasión para honrar a los poetas, revivir tradiciones orales de recitales de poesía, promover su lectura, la escritura y su enseñanza; fomentar la convergencia entre la poesía y otras artes como el teatro, la danza, la música y la pintura, y aumentar la visibilidad de poesía en los medios”.
“A medida que la poesía continúa uniendo personas en todos los continentes, todos están invitados a unirse”.
La voz del poeta de Villanueva, Rosendo Romero determina: “La poesía es sempiterna, porque es inherente al ser, pero si hay que escoger un día para celebrar, muy bien, feliz día de la poesía”
Atiendo esta fecha justo en la época en la que la primavera resplandece, el maestro Leandro Díaz nos dice en ‘Sabor a Primavera’: “El veintidós de marzo, llega la primavera, entra alegría a mi tierra, yo adoraré este canto; por eso le canto a mi morena, que tiene sabor a primavera, lo mismo consiste con la mujeres que son como plantas cuando llueve”
Y haciendo una conjugación importante entre la poesía, el poema y el poeta; las mujeres, la primavera y la tierra que nos vio nacer y que además nos ha dado el espacio para desarrollar nuestra vida, la familia y los proyectos para dignificar nuestra esencia de ser humano.
Quiero exaltar de manera especial a esos seres maravillosos, hombres y mujeres que le cantan al amor, a la paz, a la naturaleza, poetas del corazón. Al poeta en toda su esencia, es decir a la poesía.
Pero de igual forma quiero reconocer esta tierra maravillosa que nos ha dado tanto, que nos ha permitido ser lo que somos. Como la esencia del ‘Ubuntu’: “Yo soy porque nosotros somos”.
La idea es reconocer que tenemos algo hermoso, una tierra bella, que debemos cuidar y atender como un verdadero jardín.
Y como lo dijera el poeta guajiro Romualdo Brito: “Llenemos con mil detalles, cada rincón de mi Valle con los más lindos recuerdos, como lo hizo Morales, Emiliano y García Márquez, Alfonso López y Consuelo”.
“Sígueme queriendo te pido, para que el amor no se acabe, vamos a llenar de cariño los amaneceres del Valle”
Querer al Valle, significa cuidarla, respetarla, proteger su naturaleza, su río preciado y bonito, su cultura, su idiosincrasia; es hacer de sus calles un monumento al amor.
‘Valledupar, edénico lugar que brilla bajo el cielo de la tierra mía’ y es tan cierto; edénico porque esta tierra hermosa es un paraíso, sus paisajes, sus cantos y su gente hermosa.
“Porque el folclor de mi Valledupar, donde el amor nace en mil corazones, se eternizó en el alma del Cesar y en la alegría de mil acordeones” esto es poesía pura para esta tierra.
Concluyo con algo elemental de la poesía que inspira mi pueblo: “Trinitarias de alegría, cayenas de ensoñación, Valledupar tierra mía, llena eres de poesía, de canto y de puro amor” Valledupar, un poema cantado. Sólo Eso