El capitán Hernando de Santana y Juan de Castellanos, 466 años después de una utopía, deben sentirse orgullosos y complacidos cuando contemplan desde sus terrazas en España a una Valledupar fuerte y pujante, bohemia, llena luces y de flores, con prisa y con ansias de crecer que se siente algo apretada porque no puede mostrar todo su potencial, pero que está consciente que debe mejorar paso a paso su conectividad porque no tiene las ventajas de Cartagena y Barranquilla de estar ubicadas en la mejor esquina del continente.
Somos conocedores que es necesario reformular nuestra ciudad para que les pueda ofrecer a todos sus habitantes vivir con dignidad olvidando la sensación de no futuro. Tenemos que complementarnos con las economías de los municipios y las capitales vecinas, sin perder nuestra identidad. Para que Valledupar sea viable como ciudad de relevo en el corto plazo, debe estar siempre de pié, con pantalones largos, con innovación y creatividad. Einstein nos decía “que es absurdo seguir haciendo lo mismo y pensar que vamos a obtener resultados diferentes”.
El Alcalde, el Gobernador y el Concejo Municipal tienen prohibido equivocarse y deben tener sus mentes abiertas, ideas frescas, modernas y con mucha visión futurista. Valledupar debe estar convencida que es más que granos de arena, que el Festival de la Leyenda Vallenata y la Feria Ganadera. Somos una ciudad de gente buena, pacifista y trabajadora que genera simpatías nacionales. Además, respetamos nuestros ancestros y tradiciones, pero solos no podemos resolver nuestros problemas al mismo tiempo.
Necesitamos entornos más seguros y modernos para conformar una ciudad igualitaria y tranquila que nada la detenga y se dedique a generar espacios y oportunidades para todos sin odios ni rencores y con buenas prácticas competitivas, mejorando nuestra capacidad de negociación para decirles a los inversionistas: “Vengan a Valledupar, te conviene, miren hacia acá.”
Valledupar está por el buen camino en la búsqueda de la solidez financiera despertando así la confianza del Gobierno Nacional hasta convertirla en la ciudad modelo del programa de viviendas gratis. Ya con la casa ordenada vinieron las ejecuciones, como la avenida Sierra Nevada y las mejoras en movilidad, especialmente al noroccidente de la ciudad. Se avanzó en las mejorar de los sistemas de seguridad, infraestructura de parques y acueductos rurales. Hoy la ciudad tiene un Plan Maestro de Acueducto y Alcantarillado, y cuenta con un Sistema Estratégico de Transporte para asegurar al futuro una mejora importante en movilidad. El Plan de Ordenamiento Territorial se encuentra en desarrollo.
¡Valledupar seguirá adelante porque ha aprendido de sus errores, se cae y se levanta sin raspones ni heridas abiertas. Tiene un corazón muy grande y está curada de espantos! En Valledupar, alegre y cariñosa, no está permitido derramar lágrimas de llanto. Como lo decía Andrés Salcedo: “Algún día volveré para cortar tu rosa”.